Estudio pondría fin al misterio de la identidad de Jack el Destripador

La identidad de ‘Jack el Destripador’ siempre ha sido un misterio apasionante para médicos forenses, autoridades judiciales, escritores y detectives empíricos que se han dado a la tarea, durante el último siglo, de desenmarañar uno de los casos irresolutos más famosos de la historia.
Desde 1888, cuando se fechó el primer asesinato, cientos de pistas, cartas y nombres se han barajado entre las posibilidades de quién pudo ser realmente ‘Jack el Destripador’. Pero lo cierto es que nunca ha habido certeza de quién fue ese asesino serial.
Sin embargo, un estudio publicado el pasado 12 de marzo en una revista académica podría esclarecer finalmente quién fue el asesino de al menos 5 mujeres en Londres a finales del siglo XIX.
Se trata de un documento escrito por los doctores Jari Louhelainen y David Miller en el Journal of Forensic Sciences titulado: ‘Investigación forense de un chal vinculado a los asesinatos de Jack el Destripador’.
Lo novedoso de este nuevo episodio del misterio es que por primera vez dos profesionales publican un documento científico en un sitio calificado sobre hallazgos de ADN en una de las prendas de una víctima del asesino.
¿Qué dice el estudio?
“En este documento, describimos por primera vez un análisis sistemático a nivel molecular de la única evidencia física existente vinculada a uno de los asesinatos de ‘Jack el Destripador’”, dice los dos científicos.
Se trata de una prueba de ADN mitocondrial que se le hizo a un chal que perteneció a Catherine Eddowes, una de las cinco víctimas, y que tendría material biológico (sangre y semen) del asesino serial.
Los resultados sugieren que se trata de Aaron Kosminski, un barbero polaco, quien en ese entonces tenía 23 años, el responsable de la muerte de Eddowes, cuyo caso se relacionó a Jack el Destripador.
El nombre de Kosminski ya había sido mencionado en el pasado. Sin embargo, en esa época fue descartado por tratarse de un hombre que padecía enfermedades mentales.
En el año 2014, el polaco fue nuevamente señalado pero varios científicos argumentaron falta de detalles técnicos para realmente afirmar que se trataba de él.
En este caso, los investigadores cotejaron los restos de ADN hallados en la prenda de la víctima con uno de los descendientes vivos de Kosminski. Los resultados fueron revisados por pares, lo que permitió que el caso fuese publicado en el Journal of Forensic Sciences.
Los detalles
Pero, ¿por qué dieron hasta ahora con el chal de la víctima? Los dos autores del documento explican que el asesinato de Catherine Eddowes ocurrió hace más de 130 años. En la escena del crimen, quienes adelantaron el reconocimiento del cuerpo fueron los que encontraron la prenda.
El sargento londinense Amos Simpson, uno de los hombres a cargo de esclarecer el hecho, guardó el chal en su casa, el cual pasó de generación en generación hasta llegar recientemente al Museo Metropolitano del Crimen, también conocido como ‘Museo Negro’.
Las razones del extravío de ese material probatorio se debió a las limitaciones que se tenía en esa época sobre conocimientos médicos: parte de la ropa era destruida (o extraviada en este caso) ya que no tenía sentido cuidar la ropa de la víctima. En ese entonces, explica el documento, las pruebas dactilares y la fotografía eran incipientes, y ni siquiera se tenía el conocimiento suficiente sobre qué era el ADN.
Según el diario ABC de España, Aaron Kosminski emigró desde Polonia hasta el Gran Bretaña (Reino Unido) en 1881. Se dice que tenía profundo odio a las mujeres, y se le relacionó a los casos de las mujeres desmembradas y descuartizadas en ese entonces. Sin embargo, los investigadores de la época no pudieron demostrar su relación con los hechos. En 1891, Kosminski fue ingresado a un centro psiquiátrico donde años después se suicidó.
Redacción APP
*Con información de Science Magazine