30 días después de la ruptura de relaciones entre Venezuela y Colombia

A nivel diplomático no pasó nada realmente. Ni el canciller Carlos Holmes Trujillo, ni el presidente Iván Duque ni la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez le dieron trascendencia a la decisión de Nicolás Maduro hace exactamente un mes de romper “todas las relaciones políticas y diplomáticas con Colombia”

«Maduro no puede romper relaciones diplomáticas que Colombia no tiene con él. Nuestro gobierno no ha nombrado embajador allá ni reconocemos embajador de Maduro pues su mandato terminó el 9 de enero”, dijo Ramírez en su momento.

A nivel ciudadano el rompimiento por supuesto que no ha pasado desapercibido. Durante estos 30 días, la desinformación ha reinado. El cierre se traduce en mucho más de lo que se cree. Son papeles que no estarán, pasaportes vencidos que necesitan impresión (cuando se pueden tener), permisos, copias, duplicados, en fin… trámites que son la urgencia del migrante, del refugiado, del asilado.

Un mes después la embajada, la residencia del embajador y el consulado de Venezuela en Colombia parecen casas abandonadas. Algunos de estos lugares no tienen ni agua ni electricidad. En el consulado el teléfono nunca se contesta y menos los correos y al personal local no le pagan desde enero.

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