Polémicos casos de eutanasia que han dividido al mundo

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Hernando Banquez / EL TIEMPO

Este jueves fue detenido el español Ángel Hernández, quien asistió a su esposa, de 61 años, en su suicidio. El matrimonio grabó como prueba que el deseo de María José Carrasco de morir luego de padecer por tres décadas de esclerosis múltiple. En el video se ve cómo Hernández le pregunta en varias ocasiones a su mujer si ese es su deseo y, finalmente, le proporciona dos vasos con pitillo. El primero, para comprobar que puede sorber por sí misma y beber; el segundo, con pentobarbital sódico, la sustancia con la que finalmente muere. (Foto de referencia).

EFE

La fallecida, según dijeron a Efe otras fuentes de la investigación, había reclamado en los últimos años que el Congreso español aprobara una ley de eutanasia. El Código Penal regula en su artículo 143 la inducción al suicidio o la cooperación con el suicidio de otras personas, con un rango de penas que va de los dos a los diez años de prisión, aunque se prevé una rebaja si hay petición expresa de la víctima y ésta padeciera enfermedad grave. A Ángel Hernández lo detuvieron las autoridades, pero lo dejaron libre sin medida cautelar. A continuación, otros casos de suicidio asistido que han sido polémicos en el mundo (Foto de referencia).

BBC

En junio de 2011, la cadena británica BBC emitió el suicidio asistido de Peter Smedley, un británico multimillonario de 71 años, afectado de una dolencia neuronal motora. Las imágenes hacían parte del reportaje ‘Eligiendo morir’, dirigido por Terry Pratchett, quien padecía el mal de alzheimer y era partidario de la eutanasia. En él se veía a Smedley ingiriendo una dosis de Nembutal, tras lo cual comenzó a respirar con mucha dificultad y llamar a su esposa Christine, quien le agarró de la mano. Mientras agonizaba, uno de los empleados de la clínica dijo ante la cámara: «Está perdiendo el conocimiento. En breve la respiración se detendrá y después lo hará el corazón».

AFP

En noviembre de 2014, Brittany Maynard, de 29 años, puso fin a su vida tras padecer un cáncer cerebral agresivo conocido como glioblastoma multiforme. La noticia llegó un año después de haberse casado y su expectativa de vida era de seis meses, según los médicos. Por ello, decidió viajar a Oregon y someterse a la práctica médica de muerte digna. Maynard falleció luego de cumplir su lista de deseos.

Archivo particular

A finales de mayo del 2015, el empresario británico Jeffrey Spector (der.) fue asistido en su suicidio. Spector, de 54 años, fue diagnosticado en 2009 con un cáncer en la parte superior de la columna vertebral, una enfermedad que podría haberlo dejado paralítico. El británico, que acudió a una clínica con sede en Zúrich -debido a que la eutanasia es ilegal en el Reino Unido-, dijo antes de morir que era consciente de que se iba: «Sé que me voy demasiado pronto y, aunque mi familia no estará de acuerdo, esto es lo mejor para ellos».

iStock

En 2016, el holandés Mark Langedijk, de 41 años, se sometió a la eutanasia bajo el argumento de que su adicción al alcohol, que derivo en depresión, había acabado con su vida y la había hecho “insoportable”. Su adicción duró 8 años y lo llevaron a ser ingresado 21 veces al hospital. «Cuando decidió pedir ayuda ya era tarde. El alcohol ya lo había atrapado», relató en su momento su hermano Marcel Langedijk.

EFE

En 2017, el italiano Fabiano Antoniani, DJ Fabo, viajó a Suiza para someterse al suicidio asistido tras intentar en varias ocasiones conseguir el permiso en su país. Antoniani era tetrapléjico y ciego y, para su deseo final, recurrió al presidente de la asociación Luca Coscioni y activista del Partido Radical italiano, Marco Cappato (en la foto). «Las personas sometidas a sufrimientos terribles con enfermedades irreversibles tienen el derecho de elegir cómo morir, es un derecho humano fundamental y para mí fue un deber ayudarle», señaló Cappato ante el Tribunal Penal de Milán.

AFP

En mayo de 2018, el científico australiano David Goodall viajó a Suiza para someterse a la eutanasia a pesar de no padecer una enfermedad terminal. «Mi vida ha sido bastante pobre en el último año aproximadamente, y estoy muy feliz de terminarla», dijo el científico. Varios miembros de la familia de Goodall estuvieron con él hasta su muerte, que fue precedida por un papeleo formal que lo fastidió visiblemente.»¿Qué estamos esperando?», cuestionó el científico. De hecho, sus últimas palabras fueron: «Esto se está demorando demasiado».

En España, hombre fue detenido por ayudar a morir a su esposa. Todo lo grabó en video.

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