Estado Islámico asume ataques en Sri Lanka; debate sobre su poder real

Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hace un mes el fin del califato que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) había implantado en extensas regiones de Irak y Siria, la organización –o al menos sus seguidores– tendrían aún suficiente poder para cometer atentados como el del domingo en Sri Lanka, en los que murieron al menos 359 personas.

El grupo terrorista reivindicó este martes la serie de atentados coordinados en el país asiático, aunque algunos analistas –como Aymenn Jawad Al-Tamimi, investigador radicado en Londres que mantiene una base de datos de las actividades del grupo– consideran que es muy temprano para conocer la extensión de la participación –de haberla– de esa organización en la planeación y la coordinación de los ataques.

“Es posible que no lo supieran de antemano, y que como todos los demás estuvieran siguiendo los informes”, aseguró Al-Tamimi. “A medida que empezó a parecer más y más que se trataba de partidarios de EI, sintieron que podían reclamarlo”, aseguró.

Los primeros datos de la investigación revelan que dos hermanos esrilanqueses musulmanes, hijos de un rico comerciante de especias, tuvieron un papel clave en los atentados.

Zachary Abuza, profesor del National War College de Washington, especialista en grupos yihadistas en Asia del sur, dijo que el grupo islamista National Thowheeth Jama’ath (NTJ), señalado como el autor de los ataques por el Gobierno de Sri Lanka, “no tiene motivaciones locales, pues quiere ser parte de la insurrección global del EI”.
“Después de la caída del califato la pregunta que nos hacíamos todos es: ¿Qué pasará ahora? ¿Puede existir un Estado Islámico sin un Estado? Lo que pasó en Sri Lanka muestra el nacimiento de un nuevo frente de la insurgencia yihadista mundial”, afirmó este experto.

El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, afirmó que había más individuos involucrados, “algunos” de ellos armados con explosivos, y que es posible que cometan más atentados. “Es una posibilidad, nosotros no hemos descartado nada. Estamos intentado detener a quienes huyeron”, destacó. El gobierno declaró el estado de emergencia, otorgando a la policía y al ejército poderes especiales, lo que incluye la capacidad de arrestar a sospechosos sin orden judicial.

El grupo yihadista esrilanqués aplicó lo que Jean-Pierre Filiu, profesor en el instituto Sciences Po de París, califica de “táctica global”, es decir, acciones locales con objetivos globales. “El aparato global del EI se basa en un grupo local fuertemente arraigado y movilizado”, explica Filiu. “El EI intenta así compensar simbólica y mediáticamente la pérdida de su santuario sirio-iraquí con una campaña terrorista con vocación global”.

Para Rohan Gunaratna, especialista en grupos extremistas de la Escuela de Estudios Internacionales de Singapur, “EI se ha extendido por todo el mundo. Y la red de EI en Sri Lanka es responsable de este ataque. Algunas personas radicalizadas del National Thowheeth Jama’ath se han unido al EI, pero no todos”, añadió. “Ahora dirigen las operaciones del EI en Sri Lanka, con vínculos con el EI en Siria”.

El ministro de Defensa, Ruwan Wijewardene, aseguró que “los atentados fueron en represalia por los atentados contra los musulmanes de Christchurch (Nueva Zelanda)”, donde el 15 de marzo fueron asesinados 50 musulmanes.

El gobierno decretó una jornada de duelo nacional el martes, por lo cual las banderas ondeaban a media asta en los edificios públicos y la radio y la televisión transmitían programas musicales.

Sri Lanka

Fotografía tomada de video de supuestos dirigentes del grupo terrorista Estado Islmámico que se atribuyeron los atentados de Sri Lanka.

Los 21 millones de habitantes de Sri Lanka guardaron este martes tres minutos de silencio a las 8:30 de la mañana (9 de la noche del lunes en Colombia), hora en que estalló la primera bomba, activada por un kamikaze en la iglesia católica de San Antonio de Colombo. Allí decenas de personas rezaron en silencio, sin contener las lágrimas.

Unos 30 kilómetros al norte de la capital, en Negombo, en la iglesia de San Sebastián, blanco de otro atentado suicida, fueron veladas varias de las víctimas.

Un informe de la policía del 11 de abril advirtió que el NTJ planeaba atentar contra iglesias católicas y la Alta Comisión de la India con bombas, dijo el ministro del gabinete, Harin Fernando.

A medida que empezó a parecer más y más que se trataba de partidarios de Estado Islámico, sintieron que podían reclamar los ataques

Además, el primer ministro Ranil Wickremesinghe aseguró que las autoridades habían recibido advertencias, pero “no se había prestado suficiente atención”.

“Hay tantos cuerpos que no podemos velarlos todos al mismo tiempo”, explicó Anthony Jayakody, obispo auxiliar de Colombo que celebraba la misa.

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