España acude a urnas, en elecciones marcadas por la extrema derecha
España vota este domingo, en unas elecciones legislativas en las que parte como favorito, pero sin mayoría absoluta, el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y presentan dos incógnitas: el resultado de la extrema derecha y las posibles coaliciones de gobierno. Los centros electorales abrieron a las 9 de la mañana, hora local.
Hasta las de la noche, cerca de 37 millones de españoles están llamados a elegir los 350 diputados de la cámara baja y 208 de los 266 senadores. El favorito de los sondeos es Pedro Sánchez, jefe de un gobierno minoritario desde junio y el primer líder en ejercer su voto en Pozuelo de Alarcón, cerca de la capital.
Todo indica que no tendrá mayoría absoluta, por lo que necesitaría a otros para continuar, siempre y cuando no sumen los partidos de la oposición conservadora. Por ello, tras votar este domingo pidió «una mayoría parlamentaria lo suficientementa amplia que permita cuatro años de estabilidad», para lograr avances «en justicia social, concordia nacional y limpieza política», después de «muchos años de inestabilidad, de incertidumbre».
La izquierda radical de Podemos quiere gobernar con él, para garantizar «que haya políticas de izquierdas en España», como dijo su líder, Pablo Iglesias. Pero enfrente, el socialismo tiene a tres partidos que ya le arrebataron la región de Andalucía, su mayor feudo hasta hace poco: Ciudadanos, Partido Popular (PP) y la extrema derecha de Vox.
El ascenso de este último es la gran novedad en un país donde, a diferencia de casi todo el resto de Europa, la extrema derecha había sido marginal hasta hace unos meses. Un fenómeno que los socialistas han utilizado a modo de espantajo para movilizar a sus votantes y en particular a las mujeres, dado el discurso antifeminista de Vox.
Lógica de bloques
El líder del PP, Pablo Casado, dijo estar abierto a gobernar con los liberales de Ciudadanos y con Vox, un partido fundado hace cinco años y que lleva meses llenando auditorios en sus mítines por toda España. Los sondeos le auguran unos 30 escaños, si bien algunos analistas advierten que hay voto oculto y podrían obtener más.
Los tres partidos quieren «echar a Sánchez», y los comicios se presentan como una pelea entre el bloque de izquierdas y el de derechas. Sin embargo, subsiste una posibilidad intermedia, no desmentida por el dirigente socialista: la de entenderse con Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, en caso de ser la única mayoría de gobierno posible. Esto le evitaría a Sánchez tener que apoyarse en los partidos separatistas catalanes, que a cambio le piden algo a lo que él se opone firmemente: un referendo de autodeterminación.
La cuestión catalana
Durante la campaña, los temas internacionales brillaron por su ausencia en los debates. Buena parte de la energía se concentró en cambio en el conflicto político con el separatismo catalán. En junio, Sánchez se apoyó en los partidos catalanes para hacer prosperar la moción de censura con la que expulsó al conservador Mariano Rajoy.
La maniobra le valió acusaciones por parte de la derecha de ser «un traidor» y «un peligro público», y dio alas a una ultraderecha que este viernes acusó al socialista y sus socios de representar «la anti-España», un concepto de moda en los años 1930.
El presidente del gobierno saliente se defendió, haciendo valer que fueron los separatistas y la derecha quienes tumbaron en febrero su Presupuesto 2019 y forzaron este adelanto electoral, que supondrá las terceras elecciones legislativas en apenas tres años y medio.
La cuestión catalana será en cualquier caso uno de los temas más candentes para el próximo gobierno, mientras en el Tribunal Supremo continúa el juicio abierto en febrero a 12 líderes separatistas por su papel en el fracasado intento de secesión unilateral de 2017. La otra gran cuestión será la economía.
El PIB español creció por encima del 3% entre 2015 y 2017, pero están surgiendo indicadores inquietantes: la ralentización observada el pasado año seguirá en 2019, con una expansión prevista del 2,2%, el desempleo continúa alto (14,7%) y el país mantiene el récord de Europa de trabajadores temporales, una cuarta parte de su fuerza laboral.
AFP