Por qué el mundo no atiende emergencia que vive el Congo por el ébola

Más de 1.500 muertos y 2.200 contagios no han sido suficientes para que el mundo de la vuelta y observe la crisis de salud que vive el Congo por el ébola.

La epidemia surgió en las provincias de Kivu Norte e Ituri en agosto de 2018 y se trata del brote más letal de la historia de este país y el segundo del mundo, tras la epidemia en África Occidental de 2014, que se cobró la vida de más de 11.000 personas.

Pero, ¿por qué no ha recibido atención el país africano? La respuesta es sencilla: los ojos están puestos en sus minerales.

¿Qué pasa?

Para hacer más sencilla una explicación que en realidad esconde una compleja realidad, llena de matices y actores, cabe presentar las cifras del informe anual Mobile Economy que publica cada año la GSMA, la asociación de operadores de telecomunicaciones que organiza el MWC19 de Barcelona. En él, se cifra en 5.100 millones el número de personas que tenían una línea móvil en 2018, lo que representa alrededor de dos tercios de la población mundial (67%).

Los dispositivos móviles, junto con las tabletas y los computadores portátiles tienen una cosa en común: el coltán, un mineral de color negro que es escaso en el mundo y cuyo valor en el mercado es tan elevado que hoy en día se le conoce como el nuevo ‘oro negro’.

Y precisamente la República Democrática del Congo posee el 80% de las reservas mundiales de este mineral, que a su vez está compuesto por columbita y tantalita, otros dos metales.

120 grupos grupos ilegales en el Congo se disputan controlar el coltán.

A eso hay que sumar la disputa interna de más de 120 grupos grupos ilegales que ven en el coltán una manera de obtener dinero para adquirir armas, con las que masacran pueblos, violan mujeres y reclutan a la fuerza a niños para convertirlos en mano de obra para perpetrar una guerra por el control de este mineral, que no parece tener sus días contados.

Y esto es apenas una parte de lo que sucede en ese país africano, conocido como la capital mundial de las violaciones y donde se avala el matrimonio infantil. 

Acallar voces de protesta

En el 2017, un informe presentado por la ONG Amnistía Internacional, que analizaba 100 de los informes presentados por 1.312 empresas norteamericanas como Apple, Boeing o Tiffany & Co, reveló que el 80% de las compañías desconocían la procedencia de los minerales que usaban. Es decir, no sabían si estaban utilizando minerales extraídos en zonas de conflicto, ni bajo qué condiciones o a qué costo humanitario eran extraídos.

Los 10 países con más casos de matrimonio infantil

La República Democrática del Congo ha registrado 1’274.000 casos de matrimonio infantil. En este país se estima que hay 200.000 casos de violencia sexual debido a la guerra. 

El gobierno, por su parte, ha intentado tapar lo que sucede en su territorio, pero hay algunas voces que trabajan para que el mundo conozca la situación.

Es el caso de Denis Mukwege, un médico ginecólogo y activista congoleño que ha dedicado su vida a reconstruir los órganos de mujeres que han sufrido violaciones grupales y otros crímenes de guerra en su país. 

Mukwege, quien recibió el Premio Nobel de la Paz el año pasado,  ha sido muy crítico con las autoridades congoleñas, quienes le han respondido.

En el 2015, por ejemplo, se prohibió la difusión de la película El hombre que reconstruye a las mujeres , una producción dedicada a la labor del médico, pues, según argumentó el Gobierno, era el testimonio de “una manifiesta voluntad de hacer daño” al ejército congoleño y de “ensuciar” su imagen.

Además, Lambert Mende, portavoz del gobierno, acusó a Thierry Michel, director de la película, de obligar a “mentir” a las personas que aparecían en pantalla.

Denis Mukwege

Denis Mukwege, médico congoleño que ganó el premio Nobel de la Paz, compartido con la activista iraquí Nadia Murad.

Independencia, guerras y enfermedades

La Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) documenta que lo que fue un día el Congo Belga protagonizó uno de los colonialismos más atroces de la historia, lo que daría paso a su independencia y a sus primeras elecciones, en 1960.

Poco después, el dictador Mobutu Sese Seko derrocó al primer presidente electo, sucediéndose así oleadas de violencia.

A la primera guerra del Congo, para derrocar a Mobutu, le siguió la llamada Guerra del Coltán o Guerra Mundial Africana, el conflicto más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial.

A pesar del tratado de paz en 2003 que puso fin a la guerra civil en la República Democrática del Congo, las oleadas de combate en el este del país se han sucedido hasta nuestros días. El auge de la violencia en 2018 ha dejado a cientos de miles de congoleños en graves dificultades para conseguir cosas tan básicas como un plato de comida cada día.

En 2018 bajó el número de muertos en el Mediterráneo, pero la migración no cesa

Miles fallecen al naufragar las embarcaciones en que intentan llegar a las costas de Italia y de España.

Foto:

ANDREA SOLARO / AFP

Desplazamiento

Según Acnur, Uganda, Ruanda, Tanzania, Burundi, Kenia y Sudán del Sur, entre otros, acogen a cerca de cuatro millones y medio de personas procedentes de la República Democrática del Congo. Además, un millón y medio desplazados se refugian en zonas alejadas de la región este del país, donde los conflictos en Kivu Norte, Sur y Oriental les han obligado a huir de sus casas.

Aunque las cifras no alcanzan el millón de refugiados que llegó a emitir la República Democrática del Congo en 1994-1995, la tendencia en los últimos años resulta alarmante.

A pesar de sus conflictos internos, la República Democrática del Congo sigue abriendo sus fronteras a quienes lo necesitan. En 2016, Congo acogió a 467.000 refugiados procedentes mayoritariamente de la República Centroafricana, Burundi y Sudán del Sur, dando ejemplo de generosidad, a pesar de su delicada situación.

Redacción APP

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