Relación EE. UU.-Reino Unido, a prueba por rabieta de Trump

La negativa de Donald Trump, a seguir tratando con el embajador británico a raíz de la filtración de sus opiniones sobre el caótico mandato del presidente estadounidense plantea un interrogante: ¿podrá esa relación de ambos países sobrevivir a esta crisis?

La publicación por el diario británico ‘The Mail on Sunday’ de los cables diplomáticos confidenciales del embajador Kim Darroch desató la ira de Trump en Twitter. Darroch calificó al mandatario estadounidense de “inepto” y a su administración de “disfuncional”.

“No trataremos más con él”, tuiteó Trump como respuesta. Y aprovechó para celebrar como una “buena noticia” que la primera ministra Theresa May vaya a dejar el poder este mes, una vez que las bases del Partido Conservador hayan elegido a su sucesor.
Esto, un mes después de la visita de Estado en que Londres desplegó la alfombra roja para Trump, consciente de la importancia de EE. UU. en el futuro comercial una vez que salga de la Unión Europea (brexit).

Pero ayer Trump le subió el volumen a sus insultos.
“El embajador excéntrico que el Reino Unido colocó en EE. UU. no es alguien con quien estemos encantados, un tipo muy estúpido”, escribió Trump en Twitter.
El mandatario dejó claro que no conocía a Darroch, lo que no le impidió llamarlo “imbécil pretencioso”. “Díganle que EE. UU. tiene la mejor economía y el mejor ejército del mundo, y que ambos se están haciendo más grandes, mejores y más fuertes ¡Gracias, señor Presidente!” y además volvió a regañar a May. “Le dije a Theresa May cómo conseguir el acuerdo, pero siguió su propia y ridícula senda y no fue capaz de lograrlo. ¡Un desastre!”, afirmó Trump.

Los dos candidatos a suceder a May reaccionaron de forma disímil. El ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, condenó los comentarios de Trump tildándolos de “irrespetuosos y falsos”. Boris Johnson, reivindicó sus “buenas relaciones” con Trump y se mostró conciliador con respecto a las críticas contra May.

Qué puede pasar

La histórica relación entre los dos aliados transatlánticos se ve puesta a prueba. Y lo hace en un momento muy delicado para el Reino Unido, que eligiendo a un nuevo primer ministro decide también indirectamente qué rumbo dar al caótico proceso de brexit.

Londres lanzó la investigación sobre quién es el responsable de la filtración y por qué lo hizo. Algunos señalan el complejo contexto político en la carrera para suceder a May en las riendas del partido y del gobierno Johnson y Hunt.

Una de ellas afirma que la filtración no estaba dirigida contra Darroch sino contra quien parece que debe reemplazarlo en enero, un proeuropeo que desagrada a los más acérrimos defensores del brexit. Sin embargo, la información dañó sobre todo la relación entre los dos gobiernos y se habla de lo mucho que tiene que ganar de esta situación alguien como el presidente ruso Vladimir Putin.

“Por supuesto sería tremendamente preocupante si se trata de la acción de un Estado extranjero y hostil”, dijo Hunt al diario ‘The Sun’.

Políticos británicos de todo el espectro dieron su apoyo al embajador y rechazaron la idea de que Trump pueda simplemente expulsar a su representante de Washington. Que Darroch pueda seguir haciendo su trabajo dependerá de lo qué signifiquen exactamente los tuits de Trump.

Si la amenaza del presidente se traduce en que nadie entre el personal de la Casa Blanca se comunique con él, “eso sería muy grave”, explicó a la radio BBC el exembajador británico en Washington Christopher Meyers.

El escándalo pone bajo presión a Johnson, al que todo designa como futuro sucesor de May, para que se pliegue a los deseos de Trump o mantenga firme el apoyo al representante británico. “Si Boris Johnson retira rápidamente a Darroch del puesto sería interpretado como una rendición humillante ante un poder extranjero avasallador”, escribió la publicación estadounidense Politico.

Esta expresión, y el concepto que encierra, es más popular en el Reino Unido que en Estados Unidos, un superpoder que también tiene lazos especiales con países como Israel o Canadá.

El embajador excéntrico que el Reino Unido colocó en EE. UU. no es alguien con quien estemos encantados, un tipo muy estúpido.

Pero Londres constituye para Washington un aliado vital y fiable en Europa que se estuvo a su lado durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Los dos países comparten informaciones vitales de sus servicios de inteligencia además de mantener una estrecha relación comercial.

Plantean no salir de la UE

El líder del opositor Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, dijo que el próximo primer ministro británico debe someter su plan de brexit a un segundo referendo sobre la adhesión a la Unión Europea, diciendo que su partido hará campaña a favor de quedarse.

En un correo electrónico a los militantes, Corbyn dijo que el Partido Laborista haría campaña a favor de la permanencia en la UE para impedir que un nuevo líder del Partido Conservador, que será elegido a finales de este mes, saque a Reino Unido del bloque sin un acuerdo de divorcio, o poner fin a lo que calificó de “perjudicial” brexit.

La iniciativa de Corbyn acerca al partido de la oposición a las demandas de muchos militantes laboristas y de algunos parlamentarios de abrazar inequívocamente un segundo referéndum para romper el estancamiento en el parlamento sobre cómo salir de la UE.

Le dije a Theresa May cómo conseguir el acuerdo, pero siguió su propia y ridícula senda y no fue capaz de lograrlo. ¡Un desastre!

Pero puede que no sea suficiente para satisfacer a todos los miembros de su partido, ya que no llega a hacer campaña para un segundo referéndum en cualquier circunstancia, una posición que algunos querían adoptar para contrarrestar el desafío de los demócratas liberales más pequeños, que son favorables a la Unión Europea.

El Brexit ha derrocado a la primera ministra Theresa May, que no consiguió en tres ocasiones el acuerdo de divorcio que había acordado con la UE fuera ratificado por el Parlamento.

El ex ministro de Asuntos Exteriores y ex alcalde de Londres, Boris Johnson, está luchando contra el actual ministro de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, para reemplazarla como líder del partido y primer ministro.

Johnson, que dice que sacará a Reino Unido de la UE con o sin acuerdo, es el favorito. «Quienquiera que se convierta en el nuevo primer ministro debe tener la confianza para devolver el acuerdo, o el no acuerdo, a la gente en una consulta pública», dijo
Corbyn. 

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