Putin, el enigmático ‘zar’ ruso que busca poner la balanza a su favor
20 años en el poder han consolidado a Vladimir Putin como el político que mayor tiempo ha ocupado el cargo de presidente en su país, desde la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS); también como uno de los mayores enigmas de Rusia y uno de los principales estrategas del mundo.
Si bien de su vida se saben detalles planos como que nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado, que fue jefe de FSB, los servicios secretos rusos encargados de la seguridad interior (ex-KGB); que ejerció como primer minsitro de Borís Yeltsin y que posteriormente llegó a la presidencia, el enigma se mantiene frente a la figura que levantó a Rusia de la crisis económica y que ha ganado en cada elección con aplastadntes cifras a sus contrincantes.
«Lo de enigmático se debe a sus antecedentes de espía y a que Putin está persuadido de que Rusia sigue siendo una superpotencia y debe actuar como tal», explicó a EL TIEMPO el analista político internacional Adrián Mac Liman.
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Y es que según Mac Liman, el contexto en el cual Putin gobierna también propicia esa fachada misteriosa y enigmática pues el pueblo ruso «está acostumbrado a venerar el poder, al zar, a Stalin, a Putin».
A lo anterior se debe sumar la templanza y a veces hasta sobrades que el mandatario ha mostrado para manejar las relaciones internacionales con personajes tan impredecibles como Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, o con Donald Trump, tras el restablecimiento de los diálogos con Estados Unidos.
En 1999 ordenó la entrada de tropas rusas en Chechenia para dar un golpe a los separatistas
«Incluso muchos presidentes estadounidenses parecían más timoratos frente a Putin, pero ese definitivamente no es el caso de Trump y eso ha ayudado a que el mandatario ruso refuerce su imagen interna y de la sensación de que puede restablecer relaciones con EE. UU. incluso con un presidente con el carácter de Trump», añade el experto.
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Además, «el mandatario tiene un perfil polifacético que llama la atención y genera curiosidad por la cantidad de habilidades que presenta, esto pese a que la gente sabe que trabajó en la KGB, donde aprenden muchas cosas», explica Mac Liman.
Putin, por ejemplo, es un talentoso deportista, cinturón negro en Judo y ha demostrado envidiables habilidades en otras disciplinas como la natación, la caza deportiva, el esquí, el hockey, el automovilismo, el buceo y la pesca, entre otras.
Sin embargo, con ese talento para el deporte contrastan cuestionables decisiones que ha tomado a lo largo de sus cargos en el Gobierno.
En el año 1999, por ejemplo, ordenó la entrada de tropas rusas en Chechenia para dar un golpe a los separatistas; en 2014 la ocupación de la península ucraniana de Crimea y su posterior anexión tras un referéndum juzgado de ilegal por la comunidad internacional; decretó el fin de las elecciones por voto universal y directo de los presidentes de las repúblicas de la Federación.
El estratega
Otra faceta de Putin tiene que ver con su capacidad estratégica de organizar los asuntos internos y externos de su país.
«En este momento, por ejemplo, está organizando estratégicamente su influencia en los Balcanes, donde busca establecer bases militares en Serbia y Bosnia, con quienes ha venido fortaleciendo relaciones. El trasfondo es su búsqueda por el poder en el Mediterráneo oriental. Esto teniendo en cuenta que la coalición de la Otán está en Turquía, Grecia y Kosovo», añade Mac Liman.
Así mismo, para el caso de América Latina se ha mencionado varias veces el interés del mandatario de establecer bases militares, todo con el fin de hacer contrapeso a los intereses estadounidenses, lo que explica su apoyo incondicional a Nicolás Maduro en Venezuela.
Redacción APP