¿Cómo es estar atrapado en un crucero en cuarentena por coronavirus?
Ya eran varios los casos confirmados de coronavirus en Japón cuando el crucero Diamond Princess arribó al puerto de Yokohama y se confirmó que había pasajeros contagiados. A hoy, el barco ya lleva cinco días en cuarentena y seguirá en ella hasta el 19 de febrero. Según las autoridades japonesas, el último registro es de 64 personas de 10 nacionalidades que dieron positivo en el virus.
La historia de este crucero refleja la gravedad de la rápida expansión del coronavirus en el mundo. Las cifras más actualizadas hablaban ayer de 811 muertos en China (813 en el mundo), superando los 774 que causó el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) entre 2002 y 2003. Del sábado al domingo se reportó un aumento 89 en el número de fallecidos. Entre estos cuenta el primer estadounidense. Los contagiados ya son al menos 37.552 en 30 países.
Al ritmo de la expansión del virus ha ido creciendo también la paranoia. Las fotos y testimonios de la situación que se está viviendo en varias ciudades chinas son dramáticas. China es el país que más casos registra (37.198 contagiados), y las consecuencias también son evidentes en las calles, donde los ciudadanos evitan a toda costa salir, los supermercados ya viven desabastecimiento y las restricciones para salir o entrar al país son cada vez mayores.
Las alertas en otros países están al máximo. Por ejemplo, Japón, que se prepara para los Juegos Olímpicos, ahora se enfrenta a este crucero y a otros dos que también tienen contagiados.
La historia del crucero
En el caso del Diamond Princess, la embarcación llegó el lunes a las inmediaciones del puerto de Yokohama (suroeste de Tokio), con unos 3.700 pasajeros y tripulantes a bordo, y fue aislado después de que Hong Kong confirmó que una persona que estuvo en el barco tenía el virus.
Las pruebas para los pasajeros del Diamond Princess no tardaron en realizarse. En una operación desarrollada entre fuertes medidas de seguridad y en la que las autoridades recibieron a los pacientes vestidas con trajes de protección, mascarillas y cascos, 273 personas fueron examinadas: las que desembarcaron en la escala en Hong Kong, las que tuvieron contacto con el pasajero infectado y las que presentaban síntomas.
Para el miércoles, diez casos ya habían sido confirmados. Los enfermos fueron desembarcados y llevados a centros médicos, mientras que el resto de los pasajeros –entre los que hay personas de 56 países, incluida una nacida en Colombia– entraron en un aislamiento de 14 días, periodo de incubación del virus. Pero el viernes, la cifra de contagiados se había elevado a 61, entre los que había un argentino, que viajaba con su esposa y se convirtió en el primer latinoamericano infectado con el coronavirus.
“Él no estaba grave, yo hablé con su señora y ella no entendía por qué se lo llevaban porque estaba bien; no tenía fiebre ni tos. Pero el test le dio positivo”, afirmó Ximena Paredes, una pasajera chilena a bordo del Diamond Princess en declaraciones al canal TN. “Tuvo la mala suerte de que hizo un tour con una persona infectada”, explicó Paredes.
Lo cierto es que en el crucero crece la incertidumbre. Al sábado ya eran 64 los contagiados. Los pasajeros se quejan de que se aburren infinitamente a bordo, encerrados en sus camarotes, a veces sin ventana.
Para tratar de entretener a los pasajeros, se instalaron más canales de televisión. Incluso una página de sexo por cámara web se brindó a ofrecer su contenido abierto para los internautas del barco.
Las personas que no reciben luz natural ni tienen una ventana al exterior están autorizados a caminar en la cubierta en pequeños grupos para tomar el aire, pero bajo condiciones estrictas, como el uso de una mascarilla cuando están fuera del camarote. “Los responsables de la cuarentena les exigen que eviten formar grupos grandes y que mantengan entre ustedes al menos un metro de distancia cuando conversen”, les repetía el capitán el viernes.
El estadounidense Matt Smith, de 57 años, y su esposa, Katherine, tuvieron suerte: su camarote cuenta con un balcón. Pero, aun así, no escondió su pesar y admitió que la cuarentena de 14 días es un “mal trago”.
“Creo que cuantos más casos diagnostiquen a bordo, más posibilidades habrá de que encuentren razones para prolongar la cuarentena. Es un poco descorazonador”, declaró Smith.
Los responsables de la cuarentena les exigen que eviten formar grupos grandes y que mantengan entre ustedes al menos un metro de distancia cuando conversen
El World Dream
Pero el del Diamond Princess no ha sido el único caso. En Hong Kong, unas 3.600 personas están a la espera de recibir autorización para salir del crucero World Dream, después de que tres pasajeros dieron positivo por coronavirus.
El buque regresó a Hong Kong el miércoles tras denegársele atracar en Taiwán. Y funcionarios sanitarios de la ciudad advirtieron que los pasajeros no podrán abandonar el barco hasta que se hayan completado las pruebas para determinar si hay más casos en el crucero.
En esa embarcación, los pasajeros se quejaron de que habían recibido poca información sobre qué podían esperar o cómo podían protegerse. “Estamos en cuarentena, pero todo el mundo sigue caminando por todas partes”, dijo a través de WhatsApp Edgar Chan, un ingeniero de software de Hong Kong, que está atrapado en el World Dream con su hermana y sus padres. “Eso me preocupa. No sabemos mucho de lo que puede pasar”, dijo.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) explican que hay preocupaciones de salud en los viajes de cruceros. “Los viajeros que vienen de diferentes regiones y son puestos en zonas concurridas y semicerradas en los barcos pueden facilitar el contagio de enfermedades de persona a persona, nacidas en los alimentos o en el agua”, afirman los CDC.
Ante los contagios de coronavirus en cruceros, la Asociación Internacional de Líneas de Crucero (Clia) reforzó las medidas adoptadas el pasado 31 de enero y de acuerdo con las directrices de las autoridades sanitarias internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los miembros de Clia comenzaron a reforzar sus protocolos de seguridad con relación a los pasajeros y a la tripulación que hubiera viajado recientemente desde o a través de China, incluyendo Hong Kong y Macao.
Los cruceros deberán negar el embarque a toda persona que haya viajado desde China o transitado por el país vía aeropuerto, incluyendo Hong Kong y Macao, durante los 14 días previos, y a quienes durante ese mismo periodo hayan tenido contacto cercano o hayan asistido a cualquier persona sospechosa de padecerlo.
Mientras tanto, Japón está a la espera del Westerdam, otro crucero que viene con un caso de coronavirus confirmado a bordo.
REDACCIÓN INTERNACIONAL*
* Con información de AFP, Efe y Bloomberg