Otra que gana Sanders, pero Biden toma aire en carrera demócrata
La contundente victoria del senador Bernie Sanders este sábado en el caucus de Nevada consolidó su liderato en la carrera por la nominación del partido demócrata para las presidenciales de noviembre de este año.Le puede interesar: El multibillonario que gastará lo que sea para derrotar a Donald Trump
Dicho eso, el segundo puesto del exvicepresidente Joe Biden, aunque distante, dio esperanzas a quienes piensan que es quizá el único que puede derrotar al presidente Donald Trump y que temen que una victoria de Sanders podría garantizar su reelección.
Aunque los resultados finales todavía no eran completos, Sanders obtenía un 46 por ciento de los sufragios, seguido por Biden con un 19,2 por ciento y Pete Buttigieg, el alcalde de South Bend Indiana, que obtenía el 15 por ciento.
Detrás de ellos aparecían las dos mujeres que aún disputan la nominación: las senadoras Elizabeth Warren con el 10 por ciento y Amy Klobuchar (4,3 por ciento).
El sólido triunfo de Sanders, que también está a la cabeza en todas las encuestas a nivel nacional, se suma a su victoria en las primarias de Nueva Hampshire la semana ante pasada y el empate técnico por el primer lugar en el caucus de Iowa.
En otras palabras, el senador de Vermont lleva tres de tres y su candidatura ya está adquiriendo ribetes de inatajable.
Pero de todas, la del sábado fue sin duda la más significativa. Y no solo por obtener casi la mitad de los sufragios, comparado con Iowa o New Hampshire donde ganó, pero con un escaso 25 por ciento.
Nevada es el primer estado en este proceso de nominación que se considera realmente representativo del electorado demócrata, pues está compuesto por grandes minorías y no solo votantes de raza blanca.
En cierto sentido, era una especie de prueba para la candidatura de Sanders que siempre ha sido fuerte entre los caucásicos pero no era claro si podía penetrar otros segmentos de la población.
Y una que pasó con creces. Sanders, de hecho, se impuso en casi todas las categorías de votantes. Obtuvo, por ejemplo, más del 50 por ciento del voto de los hispanos, que representan el 30 por ciento del parte electoral en este estado, y de los llamados independientes. Así mismo, encabezó el voto de las mujeres, personas con grado y sin grado universitario y de todas las edades, salvo por el grupo de mayores de 65 años y los afroamericanos que se inclinaron por Biden.
Estamos consiguiendo unir a toda nuestra gente -blancos, negros, hispanos, indígenas, asiáticos, homosexuales y heterosexuales-.
«Estamos consiguiendo unir a toda nuestra gente -blancos, negros, hispanos, indígenas, asiáticos, homosexuales y heterosexuales-«, dijo un Sanders que ya ha comenzado a utilizar el tono conciliador que adoptan los candidatos cuando se sienten ganadores en el proceso de primarias y buscan el centro del electorado pensando ya en las elecciones generales.
Un optimismo sustentado en parte en el calendario electoral que se avecina, pues en pocas semanas votarán California y Texas, dos estados muy similares en su composición a Nevada, pero que por el tamaño de su población pesan mucho más en la carrera ya que distribuyen un alto número de delegados a los ganadores (en este proceso electoral demócrata triunfa quien sume al menos 1.991 delegados de 3.979 que se asignan a los estados dependiendo de su población).
Pero antes de Texas y California, que votan junto a otros 12 estados en el llamado supermartes de este 3 de marzo, está la primaria de Carolina de Sur este sábado 29 de marzo, donde Biden lidera los sondeos y podría ganar gracias al voto afroamericano que compone casi la mitad del parte electoral demócrata en el estado.
«Estamos vivos, estamos de regreso y vamos a ganar. Creo que estamos en una buena posición para llevarnos Carolina del Sur, luego el supermartes y de allí a la nominación», dijo Biden tras conocer los resultados en Nevada.
Biden, no hay duda, necesita ganar «si o si» en Carolina, pues su campaña está en crisis desde los pobres resultados que obtuvo en el inicio de la carrera y que cortaron el chorro de donaciones que se requieren para hacer campaña a nivel nacional. En contraposición a Sanders, que ha seguido sumando.
Pero si lo logra, podría perfectamente volver a una pelea en la que un importante sector del partido cree que Sanders es muy ‘socialista’ como para llegar a la presidencia de EE. UU. y buscan con desespero a un candidato más moderado que pueda desafiar a Trump.
El problema es que ese voto moderado, por el momento, se lo están disputando cuatro candidatos: Biden, Buttigieg, Klobuchar y el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que le está apostando todo a los estados del supermartes.
Estamos vivos, estamos de regreso y vamos a ganar. Creo que estamos en una buena posición para llevarnos Carolina del Sur, luego el supermartes y de allí a la nominación.
Sanders, de hecho, solo cuenta con el apoyo de un 30 por ciento del partido a nivel nacional. Es decir, hay un 70 por ciento que preferiría a otro candidato.
Pero ese 30 por ciento, compuesto por la bases más liberal del partido, es muy sólido, mientras entre los moderados sigue sin surgir una figura que los aglutine a todos. Y mucho temor de que si se atacan con virulencia el supuesto socialismo de Sanders lo dejarán muy mal herido para enfrentar a Trump si llega a ser el nominado.
Se trata de un escenario muy similar al que se presentó durante el proceso de nominación del partido republicano para las elecciones del 2016 cuando surgió un Trump que se apoderó desde el comienzo de un 30 por ciento del electorado (la base del partido) mientras un ramillete de candidatos se mataban entre si tratando de surgir como la alternativa. Al final ninguno despegó y Trump se fue lentamente consolidando.
Sanders, en cierto sentido, es para los demócratas lo que Trump fue para los republicanos en su momento.
Jennifer Rubin, una de las analistas estrellas del Washington Post, dijo tras el triunfo de Sanders este sábado que si su nominación no era atajada Trump ganará sin problemas, pues incluso los demócratas moderados no votarían a una persona con posiciones tan de izquierda.
Y por eso les pidió a los candidatos que ya no tienen opciones reales que se retiren para que pueda consolidarse una alternativa ‘antisanders’.
Pero desde la orilla del senador señalan que lo mismo se dijo de Trump en 2016 y, pese a la oposición del establecimiento, fue el que terminó quedándose con la Casa Blanca.
Sergio Gómez Maseri
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En twitter: @sergom68