La resurrección de Biden llega en la víspera del supermartes

Hasta hace muy pocos días, la nominación del senador Bernie Sanders como representante del Partido Demócrata para las presidenciales de noviembre próximo parecía algo inevitable.

Hasta hace muy pocos días, la nominación del senador Bernie Sanders como representante del Partido Demócrata para las presidenciales de noviembre próximo parecía algo inevitable.

Y si bien eso no está descartado, las apuestas cambiaron radicalmente luego del abultado triunfo del exvicepresidente Joe Biden en las primarias en Carolina del Sur.
Biden, cuya candidatura estaba contra las cuerdas tras los malos resultados de Iowa, Nuevo Hampshire y Nevada, ganó con más del 48 por ciento de votos, superando con creces al senador de Vermont, que solo llegó a un 19 por ciento.

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En gran parte, el exvicepresidente se impuso gracias al firme respaldo de los afroestadounidenses, que representan casi la mitad del voto demócrata en este estado. Aunque el senador de Vermont sigue a la cabeza en el conteo de delegados (se lleva la nominación quien obtenga más de 1.991), la diferencia entre ambos ya es mínima: Sanders cuenta con 56 frente a los 50 que ahora tiene Biden.

Y su victoria no pudo llegar en un mejor momento. Este martes pasarán a las urnas otros 14 estados del país en lo que quizá sea la jornada electoral más importante de esta carrera electoral, pues estarán en juego casi un tercio del total de delegados que se requieren.

Biden estaba urgido de un triunfo que demuestre, tanto a votantes como a donantes, que su candidatura sigue siendo viable y que es la mejor opción tanto para derrotar a Sanders como para imponerse a Trump. El propio Biden anunció el domingo que su campaña había logrado recaudar más de 5 millones de dólares en menos de 24 horas. Dio alivio, además, a un importante sector del partido que está convencido de que la nominación de Sanders garantizaría la reelección de Trump y les haría perder, incluso, el control de la Cámara de Representantes.

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Ya en términos prácticos, la resurrección de Biden en Carolina del Sur podría ayudarlo a triunfar hoy en los comicios en Alabama, Arkansas, Carolina del Norte y Tennessee, todos ellos estados sureños donde también pesa mucho el voto afroestadounidense.
Sanders, hay que aclarar, sigue siendo el favorito y probablemente emergerá del supermartes con una clara ventaja en cuanto a delegados.

Según las encuestas, el senador sigue alto en las preferencias de otros estados como California y Texas, que juntos aportan más de 15 por ciento del total en ese conteo y también votarán esta semana. Para ponerlo en contexto, California, donde Sanders aparece con más del 30 por ciento de las intenciones de voto, tiene asignados 416 delegados para repartir entre los ganadores. Un número que por sí solo es superior a los que se han repartido en los cuatro estados que han votado hasta ahora.

La apuesta de Biden, por tanto, es que su rebote en Carolina del Sur le permita reducir la ventaja de Sanders y mantenerse cerca en el conteo de delegados para llegar con fuerza a los otros 30 estados que votarán a partir de la semana entrante.

Si sucede, lo más probable es que Biden se consolide como la opción ‘anti-Sanders’, y entre los dos se defina la nominación. Y algo de eso ya se está viendo. El domingo abandonó la carrera el millonario Tom Steyer. También lo hizo el exalcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg. Y ayer, la senadora Amy Klobuchar adhirió a Biden.
El gran interrogante de la carrera sigue siendo la candidatura del exalcalde de Nueva York Mike Bloomberg, que no participó en las primeras cuatro contiendas porque quiso concentrarse en los estados del supermartes.

La esperanza de Bloomberg, que ha invertido cientos de millones de su fortuna personal en la campaña, era convertirse en la opción para los moderados ante el desplome de Biden y la debilidad de los otros candidatos.

Pero el poderoso triunfo del exvicepresidente el sábado puso a tambalear su candidatura. Si Biden lo derrota en la mayoría de los estados este martes, no tendrá más remedio que renunciar para evitar que el voto de los moderados se siga fragmentando en beneficio de Sanders y su base más liberal.

SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL PARA EL TIEMPO- WASHINGTON 

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