Biden, con todo a su favor en la pelea por la nominación demócrata
Tienen más de 70 años, quieren vencer al presidente de EE. UU., Donald Trump, y arrastran una experiencia parlamentaria de décadas. Ahí terminan las similitudes entre quienes se disputarán la nominación demócrata a la presidencia para las elecciones de noviembre: el exvicepresidente de EE. UU. y líder de los demócratas moderados Joe Biden, y el senador de Vermont Bernie Sanders, quien aboga por una “revolución” política.
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Después del supermartes –la jornada más importante de la maratón de votaciones para elegir al rival de Trump–, Biden tiene todo a su favor para darle la pelea a un Sanders que arrancó las primarias con fuerza, tras quedar segundo en Iowa, ganar en Nuevo Hampshire y Nevada, y obtener el segundo lugar en Carolina del Sur.
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Pero en el supermartes, Biden, dado por muerto en la contienda hace unos días tras los malos resultados en tres de esos cuatro estados (solo ganó en el último), logró remontar y recibir la bala de oxígeno que tanto le faltaba a su campaña.
Biden, un centrista de 77 años, ganó 10 de los 14 estados que estaban en juego: Alabama, Arkansas, Carolina del Norte, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas y Virginia. Mientras que Sanders, de 78 años, se quedó con tres y ganó en Colorado, Utah y Vermont, y, además, iba liderando el conteo en California, el botín mayor de la batalla.
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Así las cosas, Biden cuenta ya con 664 delegados, de los 1.991 necesarios para asegurar la nominación, mientras que Sanders acumula 573.
A Biden, exvicepresidente de Barack Obama, le favoreció el retiro de la contienda y el apoyo antes del supermartes del exalcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, quien ganó en Iowa y fue segundo en Nuevo Hampshire, y de la senadora Amy Klobuchar. Los dos eran precandidatos que se peleaban el voto de los moderados con el exvicepresidente.
De hecho, Biden probó su arraigo en grupos demográficos claves para un triunfo demócrata, como la comunidad afroestadounidense. Y sorprendió al ganar en Texas y Carolina del Norte, donde pesa el voto latino, y en estados de mayoría blanca en noreste y medio oeste del país. “Esperábamos un aumento, pero lo que tenemos es un tsunami”, trinó el analista David Axelrod, jefe de estrategia de las dos campañas presidenciales de Obama. “Es una nueva carrera. Completamente”, agregó.
Esperábamos un aumento, pero lo que tenemos es un tsunami
El despegue de Biden también obligó a renunciar a su candidatura al multimillonario y exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que solo logró la victoria en el territorio de Samoa Estadounidense y que no consiguió, ni de lejos, cautivar a los electores a pesar de haber invertido 500 millones de dólares de su bolsillo en publicidad.
Lo cierto es que aunque se creía que podía ser una sorpresa al irrumpir en la carrera presidencial en el supermartes (no participó en las primarias de Iowa, Nuevo Hampshire, Carolina del Sur y Nevada), Bloomberg había llegado debilitado por su mal desempeño en los dos últimos debates demócratas. Además, había sido criticado por entrar muy tarde en la contienda.
Lo bueno para Biden es que el multimillonario ahora lo respalda. Y según informó la agencia Bloomberg (propiedad del magnate), el exalcalde de Nueva York está planeando una nueva organización con oficinas en seis estados de campo de batalla para ayudar al exvicepresidente a vencer a Sanders.
La nueva entidad también trabajará para elegir a los demócratas en las carreras por el Congreso y los escaños estatales. El nombre, el presupuesto y el alcance del esfuerzo están en proceso, pero absorberá las oficinas de campo que Bloomberg abrió en Arizona, Florida, Míchigan, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin, dijo un asistente de campaña de Bloomberg bajo condición de anonimato.
Ahora Biden va a tener todo el dinero que necesita (…). Para Bloomberg y el resto de las élites, empresarios y demócratas ricos Sanders es veneno
Sanders, por su parte, deberá ahora luchar contra el establecimiento demócrata. Tanto él como sus seguidores esperaban una victoria clara en el supermartes, pero ahora solo les quedó la certeza de que la batalla será durísima.
El miedo al socialismo de Sanders, con sus propuestas de sanidad y educación pública, así como su escasa popularidad entre los votantes afroestadounidenses del sur y este de EE. UU., jugaron en contra del senador.
El profesor de Política de la Universidad de Iowa Steffen Schmidt dijo que aunque todavía hay “muchos delegados en liza y tiene una gran base de apoyo”, Sanders ha perdido parte del impulso “con la salida de Bloomberg”. “Ahora Biden va a tener todo el dinero que necesita (…). Para Bloomberg y el resto de las élites, empresarios y demócratas ricos Sanders es veneno”, agregó Schmidt.
El senador ya reconoció que no sabe qué sucederá, y dijo que “pase lo que pase”, él será siempre el candidato de los trabajadores. La gran incertidumbre está en si el senador de Vermont conseguirá el apoyo de la senadora Elizabeth Warren, que, tras un flojo resultado en el supermartes, también abandonó la carrera.
En medio de este escenario, Trump ya comenzó a atizar una agresiva campaña contra Biden, al que acusa de corrupto y de quien se burla constantemente por su propensión a los tropiezos verbales. Incluso ha llegado a insinuar que el veterano exsenador es senil.
Después del supermartes, Trump evidenció lo que serán sus ataques contra Biden. Aunque felicitó al exvicepresidente al día siguiente por su “increíble resurgimiento” en la carrera por la presidencia, sugirió que el demócrata, a quien llama Sleepy Joe (Joe el dormilón), solo se mantiene en pie porque lo ayudan. Y durante toda la semana lo ha ridiculizado públicamente por sus errores.
Y es que el presidente de EE.UU. dejó claro que le teme más a Biden que a Sanders. Durante meses, Trump ha estado propiciando un enfrentamiento con quien llama el Loco Bernie. De hecho, en su mundo ideal, un enfrentamiento con Sanders, un hombre que visitó la Unión Soviética con su esposa en viaje de luna de miel, elogió aspectos de la Cuba comunista, se define como “socialista democrático” y pretende revolucionar la economía estadounidense, sería el regalo perfecto.
En cada discurso, el mandatario lanza advertencias a sus conciudadanos sobre la “pesadilla socialista” que les esperaría en caso de una victoria del senador por Vermont.
En un mitin, la semana pasada, Trump preguntó a la multitud con quién le convendría enfrentarse. Sus seguidores gritaron: “¡Sanders!”. Y Trump estuvo de acuerdo: “Creo que Bernie es más fácil de vencer”, dijo.
Por ahora, la contienda sigue el próximo martes en otros seis estados: Idaho, Dakota del Norte, Míchigan, Misisipi, Misuri, Washington, y luego, el 17 de marzo, en Arizona, Ohio, Illinois y Florida. En este último, Biden supera por casi 50 puntos al senador Bernie Sanders en las intenciones de voto, según una encuesta de St. Pete Polls.
REDACCIÓN INTERNACIONAL*
Con Efe y AFP