La reforma con la que Putin estaría en el poder más tiempo que Stalin
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, quiere hacer historia y está cada vez más cerca de quedarse en el poder hasta el 2036, después de que esta semana el parlamento ruso validó una amplia reforma constitucional que permite su permanencia en la presidencia hasta ese año.
Una enmienda a la Ley Fundamental, añadida el martes ante la sorpresa general, permitirá al hombre fuerte de Rusia reiniciar su contador de mandatos presidenciales, para que pueda volver a presentarse en 2024 y 2030. Ahora será el Tribunal Constitucional el que debe validar la maniobra, lo que es bastante probable.
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Si permanece en el Kremlin hasta 2036, Putin, de 67 años, superará a históricos mandatarios rusos como Catalina la Grande o Iósif Stalin, símbolos del absolutismo zarista y soviético.
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La reforma presentada por Putin –que incluye también un refuerzo de las prerrogativas presidenciales, de las medidas sociales y de los principios sociales conservadores– fue apoyada por el oficialismo, que cerró filas con el Kremlin para defender al presidente ante las críticas por su disposición de volver a presentarse a las elecciones del 2024.
“A día de hoy, a la vista de los desafíos y amenazas que existen en el mundo, nuestra ventaja no es el petróleo o el gas. Como ustedes ven, los precios del petróleo y el gas pueden caer. Nuestra ventaja es Putin y debemos defenderlo”, dijo Viacheslav Volodin, presidente de la Duma o cámara de diputados, al defender las enmiendas presentadas por el presidente.
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El mandatario convirtió el plebiscito en un referéndum acerca de su figura y su posible permanencia después de 2024
“Durante 20 años Putin nunca defraudó las expectativas” de la gente, dijo el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, en un momento en que el rublo está cayendo en picada y los precios del petróleo se han desplomado en medio de una guerra de precios después de que Rusia rechazó un recorte adicional de la producción de crudo para frenar el impacto del coronavirus en la demanda.
Por su parte, el alcalde de Moscú y leal seguidor de Putin, Serguéi Sobianin, defendió la firmeza ante los enemigos “internos y externos” de Rusia, que “intentan socavar” su independencia y economía.
Un poder indefinido
Pero la oposición arreció las críticas y dijo que el plebiscito del 22 de abril en el que los rusos deberán también respaldar la reforma constitucional, demuestra que Putin tiene la intención de permanecer indefinidamente en el Kremlin, aunque en el pasado haya afirmado lo contrario.
De hecho, analistas estiman que el mandatario convirtió el plebiscito en un referéndum acerca de su figura y su posible permanencia después de 2024.
Por su parte, una veintena de figuras de la sociedad civil afirmó en una carta publicada en el diario de oposición Novaya Gazeta que la reforma pretende preservar un “sistema autoritario y profundamente corrupto en su conjunto”.
Sin embargo, para justificar las enmiendas a la Constitución, Putin dijo que un “poder presidencial fuerte es absolutamente necesario en Rusia” y estimó que la “estabilidad (…) debe ser prioritaria”.
De acuerdo con expertos, la reforma deja a Putin un máximo de puertas abiertas para preservar su influencia y hacer perenne el sistema que ha construido a lo largo de dos décadas en el poder, pues aunque el Parlamento podría elegir al primer ministro, el presidente se guarda la prerrogativa de destituirlo, así como a los ministros, y podrá vetar una ley adoptada por dos terceras partes de los diputados, o nombrar jueces.
Además, los jueces y los dirigentes políticos a nivel federal no podrán poseer una nacionalidad extranjera o un permiso de residencia en otro país, y la Constitución se dotaría de la mención “la fe en Dios” de los rusos, así como que el matrimonio solo puede ser entre un hombre y una mujer.
Aunque las encuestas independientes decían que la mayoría de los rusos no entendía el sentido de la reforma, el oficialista Centro de Opinión Pública publicó esta semana un sondeo en virtud del cual un 64 por ciento de los rusos votará a favor de las enmiendas presidenciales, incluido la que permitirá a Putin seguir en el Kremlin hasta 2036.
¿El camino de los zares?
Pero en la calle, los moscovitas muestran cierta indiferencia. “Si Putin tomó esta decisión, no podemos hacer mucho”, señaló Elena Volkova, de 62 años, quien dijo que no “ve a ningún otro líder” potencial para Rusia.
“Casi no me interesa la política y muchos de mis amigos no se preocupan. Tienen otros problemas”, comentó por su lado Ilia Alekseev, de 17 años.
Lo cierto es que Putin ya dejó atrás a la mayoría de mandatarios rusos en lo que se refiere al tiempo que ha estado al frente del país, aunque algunos matizan que de los últimos 20 años, solo 16 estuvo sentado en el Kremlin, ya que la Constitución le obligó a tomarse una pausa de cuatro años como primer ministro (2008-12).
Putin ya dejó atrás a la mayoría de mandatarios rusos en lo que se refiere al tiempo que ha estado al frente del país
“Estoy seguro de que llegará el día en que en Rusia el poder presidencial, el poder supremo, no será tan personalista y no estará vinculado con una persona en concreto. Pero toda nuestra historia ha transcurrido de tal forma que, por supuesto, no podemos no tenerlo en cuenta”, dijo Putin el martes pasado ante la Duma o cámara de diputados.
Putin, que nació en 1952, se refería a que los rusos siempre han mostrado preferencia por los dirigentes que se aferran al poder el mayor tiempo posible.
Es el caso de Stalin, quien teóricamente asumió el poder cuando enfermó gravemente Vladímir Ílich Lenin en 1922, aunque no fue hasta 1927 que se libró de sus enemigos, en particular de León Trotski.
Si Putin sigue hasta 2036, superaría a Stalin (1927-53) y también a Catalina la Grande, la soberana que fomentó la ilustración en Rusia y que dirigió los destinos del imperio durante 34 años (1762-1796). También gobería más que Miguel I, el primer zar de la dinastía Romanov (1613-1645).
Por ahora, el gobernante más admirado por los rusos es Pedro El Grande, quien fue coronado en 1682 –aunque gobernó en solitario solo desde 1689– fue nombrado emperador en 1721 y se murió cuatro años después; en total estuvo casi 43 años en el trono.
En principio, Iván IV, más conocido como El Terrible, fue el primer zar de la historia de Rusia y el que más tiempo estuvo en el trono, 50 años (1534-84).
Con todo, en 1534 tenía solo 4 años –una regente dirigía el Estado ruso–, por lo que, en realidad, no gobernó en solitario hasta 1545 –cuando cumplió la mayoría de edad–, un total de 39 años.
El príncipe Vladímir, que unificó y cristianizó la Rus de Kiev, el reino eslavo precursor del actual Estado ruso, gobernó entre 978, después de matar a uno de sus hermanos, y 1015 (37 años).
EFE y AFP