El modelo británico para combatir el coronavirus en el Reino Unido

El primer ministro británico, Boris Johnson, recomendó ayer la mínima interacción humana en el Reino Unido, evitar los pubs, teatros y restaurantes, los lugares más concurridos por la población, pero se abstuvo de imponer medidas autoritarias restrictivas, al delinear lo que será el plan de su gobierno para hacer frente a la pandemia por el covid-19.

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El mandatario prefirió apelar a la “sensatez de la población”, por considerar que por encima de todo “hay que garantizar que la democracia” del Reino Unido, al descartar por el momento el cierre del Parlamento, conformado por 650 diputados, que sesionan semanalmente en el Palacio de Westminster.

La línea de acción británica se distancia de las acciones tomadas por sus colegas de Europa, que han declarado estados de emergencia y han impuesto restricciones estrictas de libre tránsito en las fronteras y obligar al cierre de establecimientos comerciales para evitar que se propague el virus.

“Veremos cómo evolucionan las cosas”, dijo el primer ministro, quien encabezó una reunión del comité de emergencia Cobra del gobierno para tratar la crisis sanitaria. Johnson reconoce que el brote de coronavirus fue un «golpe severo» para la economía. Cuando se le preguntó sobre medidas específicas para ayudar a las empresas y al personal, no dio detalles más allá de las promesas generales para ayudar a la liquidez y asegurarse de que los trabajadores no pierdan por autoaislamiento.

Johnson apeló a los más de 60 millones de habitantes de las islas británicas a que “detengan el contacto no esencial con los demás y detengan todos los viajes innecesarios”.

Reindo Unido

Así luce la estación Waterloo en Londres. El ministro británico le pidió a la ciudadanía evitar cualquier tipo de contacto social.

Recomendó que las personas comiencen a trabajar desde casa cuando puedan.

El primer ministro calificó como «muy draconianos» sus planes, luego de que el Reino Unido está en la llamada parte de la pandemia de “rápido crecimiento”. Dijo que Londres en particular estaba varias semanas por delante de otras partes del país con la rapidez de propagación del virus.

Según el gobernante se trata de la estrategia más severa que un gobierno haya planeado en tiempos de paz en el Reino Unido, donde ya el coronavirus ha sido contraído por más de 1.543 personas y ha provocado la muerte de 55 personas, de los cuales la víctima más joven fue un hombre de 59 años de edad con problemas cardiacos.

Johnson pidió que el sistema nacional de salud (NHS) sea usado solo cuando es realmente necesario. Por los momentos, no habrá pruebas masivas del virus en personas que no lo necesiten.

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Frente a una docena de periodistas, Johnson se hizo acompañar de su asesor de salud del gobierno, Christ Witty, quien aseguró que las islas británicas no tocarán el “pico” de la crisis sanitaria hasta mucho después de Semana Santa.

Johnson planteó la probabilidad de que las personas mayores de 70 años y más vulnerables, como aquellas con afecciones médicas previas, pronto necesiten ser «protegidas en gran medida de contacto social durante unas 12 semanas». También refirió que si un miembro de la familia se enferma el resto también debería quedarse en casa por 14 días.

En ese sentido, el primer ministro agregó que deben ser la solidaridad ciudadana la que debe imperar. “Los vecinos deben apoyarse unos a otros. Háganles las compras y déjenla en la puerta a los que no puedan salir”, insistió.

Las críticas al anuncio de Johnson vinieron desde la misma bancada del partido oficialista conservador en el Parlamento. La ex primer ministro, Theresa May, recordó que el consejo de la Organización Mundial de la Salud era muy claro: «prueba, prueba, prueba» para el coronavirus. Exigió que se incremente las pruebas para poder saber la verdadera magnitud de la epidemia del coronavirus en el país.

Whitty defendió el régimen de pruebas del Reino Unido, luego de las críticas, ha sido demasiado lento y mínimo. «Tenemos la intención de seguir ampliando las pruebas», aseguró el experto, al insistir en que los esfuerzos ya eran «sustanciales», con más de 44.000 pruebas realizadas.

“Este plan de Johnson se ha quedado corto y es tardío”, comentó Nick Triggle, analista del sector salud, para quien el mandatario está jugando con la vida de mucha gente.

MARÍA VICTORIA CRISTANCHO
PARA EL TIEMPO
LONDRES
@mavicristancho

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