¿Cúal es la cifra real de contagiados por coronavirus en Venezuela?
A diez días de que se confirmaran los primeros dos casos de covid-19 por parte del régimen venezolano, y seis de que iniciara la cuarentena en todo el territorio nacional, prevalece la incertidumbre sobre la evolución del virus en este país. Sobretodo, después de las declaraciones que desde ambos bandos políticos se hicieron al mediodía de este lunes.
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Más allá del horario de los pronunciamientos, en nada coincidieron el ministro chavista de Comunicación, Jorge Rodríguez, y el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por Colombia y más de cincuenta naciones del mundo. Mientras el vocero del régimen sostuvo que en el país había 77 casos confirmados hasta el mediodía del lunes, la cuenta de Guaidó, hasta el pasado viernes, se aproximaba a los 200.
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«La dictadura miente descaradamente y nos pone en riesgo por el manejo irresponsable», dijo el líder opositor venezolano en su rueda de prensa, en la que se limitó a revelar que su cifra provenía de las entrañas de la administración chavista, de “uno de los ministerios, preocupado porque se estaba ocultando información en Venezuela”, mas no especificó cuál.
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La dictadura pone en riesgo a los venezolanos debido a sus contradicciones y al mal manejo de la verdad y sus consecuencias. Ha habido incongruencias en los números ofrecidos y una ola de persecución, en medio de la tragedia, hacia quienes denuncian. #LaDictaduraMiente pic.twitter.com/o0kegj9gdL
— Juan Guaidó (@jguaido) March 24, 2020
Pero hay una contradicción aún mayor. Mientras Guaidó remarcó este lunes que la deteriorada red hospitalaria nacional cuenta con apenas 84 camas con respiradores; en su declaración de este mediodía, el ministro Rodríguez exhibió unas láminas según las cuales esta red supuestamente tiene 450 camas de cuidados intensivos, que se suman a 573 que tendría el cuestionado programa social chavista Barrio Adentro.
«¿De dónde aparecieron 1.000 camas de cuidado intensivo que además son más complejas? ¿Es que creen que acaso una cama con un tensiómetro chino al lado es una cama de cuidados intensivos? Eso es técnicamente falso y además es irresponsable decirlo, Venezuela no tiene ese número de camas», aseguró a EL TIEMPO el doctor Gustavo Villasmil, miembro de la comisión de expertos designada por Guaidó para hacer frente a la pandemia.
El país de las maravillas dibujado por Rodríguez incluye otros datos también cuestionables. Venezuela supuestamente tiene 23.762 camas de hospitalización, incluyendo 11.000 de la red hospitalaria: 4.000 de Barrio Adentro, casi 5.000 de la red privada y unas 4.000 de hoteles. Estos últimos fueron habilitados por el régimen en el marco de la contingencia para recibir los casos leves.
Venezuela supuestamente tiene 23.762 camas de hospitalización, incluyendo 11.000 de la red hospitalaria
«Yo no puedo agarrar las camas de un hotel y contarlas como camas hospitalarias porque yo tengo que hacer toda una intervención, de carácter arquitectural, de ingeniería, para poder convertir a esa cama de hotel en una cama hospitalaria, que es lo que están haciendo los europeos», advirtió el doctor Villasmil en su conversación con este diario.
El reputado especialista venezolano insistió en que una cama hospitalaria no es solo un mueble. «La cama hospitalaria es un concepto administrativo que supone que alrededor de ese mueble (…) hay una arquitectura, equipamiento, personal, suministros, áreas quirúrgicas, de cuidado intensivo, de emergencia, etc., que están calculadas de acuerdo al número de esas camas hospitalarias», acotó.
Según datos extraoficiales a los que pudo acceder EL TIEMPO, para el año 2018 había casi 9.000 camas hospitalarias funcionales y 720 cupos en unidades de terapia intensiva, con todo el equipo para su funcionamiento y medios de diagnóstico de laboratorio e imágenes portátiles. La cantidad ha venido disminuyendo considerablemente desde el año 2010, cuando se reportaban más de 12.000 camas hospitalarias funcionales y unos 1.800 cupos en unidades de terapia intensiva.
En cualquier caso, profesionales de la salud confirman la llegada de equipos provenientes de China -aunque se desconoce si son para uso de las terapias-, tras más de 16 meses que no llegaban, en el marco de un convenio entre ambos regímenes.
Carencia de servicios
Y los venezolanos no solo enfrentan la pandemia con incertidumbre. También con precariedad.
Según los resultados de una encuesta realizada por el equipo de Guaidó, en los últimos tres días, 83 por ciento de los hogares venezolanos no ha contado con servicio continuo de electricidad, 71 por ciento no ha recibido agua por tuberías o la ha recibido de mala calidad, 65 por ciento del transporte público ha presentado fallas, 83 por ciento de los comercios ha tenido problemas para la adquisición de alimentos, y 56 por ciento de la población no ha contado con suministro de gasolina.
71 por ciento no ha recibido agua por tuberías o la ha recibido de mala calidad
Los datos son fácilmente comprobables. No muy lejos del sitio en el que Guaidó hizo su rueda de prensa este lunes, al sureste de Caracas, vecinos de la urbanización La Alameda cuentan que tras pasar 15 días sin que les llegara una gota de agua por tuberías, el pasado jueves se restableció el servicio, que durante el fin de semana fue intermitente. Este lunes no tenían agua, nuevamente.
En la capital, donde el suministro de combustible es más regular, solo unas bombas están surtiendo y en horario de la mañana. En los demás estados la ya crítica situación se ha vuelto peor. Habitantes de esas entidades denuncian a este diario que el suministro está limitado únicamente a cuerpos de seguridad del Estado, una denuncia que han reiterado a EL TIEMPO organizaciones de médicos, a quienes no se les estaría despachando gasolina.
Control absoluto
En conversación con este diario, el reconocido epidemiólogo venezolano Luis Echezuría insistió en que ningún país del mundo será capaz de detectar la totalidad de los casos infectados: «Uno siempre conoce una parte del problema, es como una muestra». Sin embargo, acotó que en Venezuela hay un impedimento mayor: «El diagnóstico (…) es potestad del Gobierno a través del Instituto Nacional de Higiene«.
De hecho, refirió que, en días pasados, el régimen confiscó los reactivos que había traído una clínica privada para hacer las pruebas diagnósticas.
Y han buscado mantener el control también por otras vías. “Hemos visto una ola de represión en medio de esta pandemia”, dijo Guaidó en su rueda de prensa, al tiempo que se refirió a la persecución contra periodistas y trabajadores de la salud que ofrecen alguna aproximación a la situación real que se vive en Venezuela.
El caso más llamativo es el del periodista Darvinson Rojas, quien fue detenido en la noche del pasado sábado, junto a sus padres –quienes posteriormente fueron liberados–, por funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). De acuerdo con la versión de su padre, el joven Rojas fue interrogado por los funcionarios sobre la fuente de las cifras extraoficiales a las que hacía alusión en sus publicaciones de redes sociales.
Rojas habría sido trasladado la mañana de este lunes al Palacio de Justicia para ser imputado por delitos que aún se desconocen, pero el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) aseguró en horas de la tarde que no estaba en el Palacio de Justicia y que su paradero era nuevamente incierto.
ANDREÍNA ITRIAGO
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas