Perú: las protestas no dan tregua a una crisis que ya deja 55 muertos

Nuevos enfrentamientos en regiones del norte y sur de Perú se produjeron este viernes en medio de las manifestaciones en contra del Gobierno, que no dan tregua pese a los 55 muertos que dejan desde su inicio en diciembre, mientras que unos 300 turistas quedaron varados en Machu Picchu.

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Las protestas llevaron al gobierno de la presidenta Dina Boluarte a declarar el estado de emergencia en siete de las 25 regiones del país —incluyendo la capital y zonas del norte y sur del país— hasta mediados de febrero, habilitando así la intervención militar junto a la policía para el control del orden público y frenar los actos de vandalismo.

Los choques de este viernes  se concentraron en las regiones La Libertad (norte) y Arequipa (sur), con bloqueos de carreteras y batallas campales entre los manifestantes, que lanzaban piedras con hondas, y la policía, que repelía con gases lacrimógenos.

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En Arequipa, segunda ciudad de Perú, decenas de pobladores intentaron por segundo día consecutivo invadir la pista de aterrizaje del aeropuerto, cerrado y resguardado por fuerzas del orden desde el jueves.

Los disturbios se han cobrado 55 vidas: 44 manifestantes y un policía, mientras que otras diez personas, entre ellas un bebé nonato, murieron por distintas causas provocadas por los bloqueos de carreteras y las manifestaciones, que iniciaron el 7 de diciembre, tras la destitución y detención del presidente de izquierda Pedro Castillo, acusado de haber intentado un golpe de Estado al querer disolver el Congreso -controlado por la derecha- que estaba a punto de sacarlo del poder por presunta corrupción. Fue reemplazado por Boluarte, quien fungía como vicepresidenta, pero es vista como «traidora» por los manifestantes.

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En Cusco, el servicio ferroviario a la ciudadela inca Machu Picchu, joya del turismo peruano, seguía sin reanudarse este viernes, al cierre de esta edición, en el contexto de las protestas, mientras que el aeropuerto de Cusco reinició sus operaciones.

La suspensión de trenes a Machu Picchu ha dejado varados al menos a 300 turistas extranjeros y locales en el pueblo de Aguas Calientes
, que se halla al pie de la montaña donde se levanta la famosa urbe incaica. Los turistas claman a las autoridades locales “un tren humanitario” para evacuarlos del lugar.

Enfrentamientos entre las autoridades y manifestantes durante la jornada de protestas de este jueves en Arequipa.

Foto:

Diego Ramos / AFP

Incendio en puesto aduanero en la frontera con Bolivia

Manifestantes antigubernamentales atacaron e incendiaron este viernes el Centro Binacional de Atención en Frontera (CEBAF) de Desaguadero, un centro aduanero ubicado en el departamento de peruano de Puno, en la frontera con Bolivia, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.

«El Gobierno peruano expresa su más firme rechazo y condena a los actos delincuenciales que produjeron el incendio del Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) en Desaguadero, frontera con Bolivia. Estas acciones no se condicen con el derecho a la protesta pacífica», denunció la Cancillería en Twitter.

La cartera afirmó que la afectación del puesto aduanero «perjudica el comercio bilateral con Bolivia» y «atenta contra la economía de miles de familias puneñas».

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También añadió que el Gobierno llevará a cabo a la mayor brevedad «sus mejores esfuerzos» para reestablecer los servicios brindados en dicha instalación, situada a 2,5 kilómetros de Bolivia.

El Cebaf, inaugurado en 2018, ofrece servicios de migraciones y aduanas tanto para ciudadanos peruanos como bolivianos, regula flujos migratorios y vehiculares y, según datos de la Cancillería, es el centro de control fronterizo más moderno de Perú.

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Medios locales reportaron que los manifestantes saquearon el lugar y lanzaron objetos incendiarios al puesto aduanero, lo que provocó un gran fuego y humo en el centro fronterizo.

Las protestas de este jueves, bautizadas como la «toma de Lima» suben la cifra de muertos a un total de 55.

Foto:

Ivan Flores / AFP

‘Protesta pacífica’

Lima, donde las protestas se extendieron con marchas el jueves con miles de personas venidas de las zonas andinas, no estuvo exenta de enfrentamientos, que dejaron 38 heridos entre policías y civiles, según el Ministerio de Interior.

La defensora del Pueblo peruana, Eliana Revollar, destacó este viernes que la masiva movilización en Lima no tuviera “un costo social” de muertos, a pesar de que sí se produjeron dos decesos en otros puntos del país. Al hacer un balance de la marcha denominada ‘toma de Lima’, Revollar dijo que fue “una jornada tranquila”, aunque hubo “heridos y detenidos”. “En la capital, ha sido una jornada que se ha llevado dentro de los márgenes, aparte del incendio”, ocurrido en una casona del centro histórico, patrimonio de la humanidad, anotó.

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Para Revollar es destacable la “protesta pacífica” del jueves en Lima y añadió que “los grupos violentistas”, que atacaron a la policía nacional en algunos puntos de la ciudad, tienen que ser puestos a disposición de las autoridades.

La lucha va a continuar en todas las regiones hasta lograr la renuncia de Boluarte y los otros puntos de la agenda, como las elecciones este mismo año y el referendo para la (Asamblea) Constituyente.

Entre tanto, los organizadores aseguran que las movilizaciones no cesarán hasta lograr la dimisión de la presidenta Boluarte. “La lucha va a continuar en todas las regiones hasta lograr la renuncia de Boluarte y los otros puntos de la agenda, como las elecciones este mismo año y el referendo para la (Asamblea) Constituyente”, le declaró a la AFP el secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Gerónimo López.

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La noche del jueves, Boluarte volvió a llamar a la calma, en un mensaje emitido por la televisión estatal. “A las hermanas y hermanos que sí quieren trabajar en paz, que sí quieren llevar el ingreso a sus hogares para sostener sus familias, les digo, y también a los que están generando estos actos de protesta, a los que se han trasladado de las provincias a la capital, no me voy a cansar de llamarlos al buen diálogo”, dijo.

Pero sus palabras caen en saco roto. “Este gobierno no nos representa, es ilegítimo para el pueblo aimara”, le dijo a la AFP Ricardo Mamani, de 47 años de edad, quien participó en las marchas en Lima.

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La crisis refleja, asimismo, la inmensa brecha entre la capital y las provincias pobres que respaldan a Castillo y que veían en su elección una forma de revancha contra el desprecio de Lima.

WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ
Redacción Internacional
(*) Con información de AFP y EFE​

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