El caso de éxito de Nepal en la lucha por la reforestación
BOSQUE COMUNITARIO DE KANKALI, Nepal — El anciano se movía con cautela, colina tras colina, cortando arbustos secos hasta que estuvo rodeado de árboles que habían crecido a partir de plántulas que había sembrado hace 20 años. Señaló a una hilera de picos bajos sobre el valle de Katmandú que estaban cubiertos de follaje.
“Hace 15 años eran montículos estériles de lodo rojo”, dijo el hombre, Khadga Bahadur Karki, de 70 años, con lágrimas de orgullo empañando sus anteojos. “Estos árboles son más que mis hijos”.
Esta transformación es visible en todo Nepal, gracias a una política radical adoptada hace más de 40 años. Se entregaron grandes extensiones de tierras forestales nacionales a las comunidades locales y se reclutaron a millones de voluntarios para renovar sus bosques locales, un esfuerzo que ha ganado elogios de los ambientalistas.
Los bosques administrados por la comunidad ahora representan más de un tercio de la cubierta forestal de Nepal, que ha crecido alrededor de un 22 por ciento desde 1988, arrojan datos del Gobierno. Estudios independientes también confirman que la vegetación ha resurgido, con bosques hoy cubriendo el 45 por ciento de la tierra del País.
A principios de la década de 1980, el Gobierno no podía lograr que la gente dejara de talar árboles. La deforestación hizo que las inundaciones y los deslaves de tierra fueran más frecuentes. Lo que siguió fue un enorme esfuerzo de replantación respaldado por la ayuda del extranjero.
Los aldeanos sembraron plántulas en colinas desnudas. Luego se organizaron en grupos, cada uno encargado de proteger los retoños en un lugar designado. El reto ahora es mantener esta frágil recuperación. Eso involucra proteger los bosques de la mafia maderera, los cazadores furtivos y de la naturaleza misma. El calentamiento del planeta ha hecho que los incendios forestales sean una amenaza palpable, por lo que cientos de trabajadores locales retiran ramitas secas, pasto y árboles muertos, que luego se utilizan como leña, alimento para animales y material de construcción.
Muchos bosques comunitarios están adyacentes a parques nacionales, y su reactivación ha permitido que prosperen especies en peligro de extinción, como el tigre, el rinoceronte de un cuerno y el gavial, un reptil cocodriliano.
Los expertos dicen que la migración y la disminución en la dependencia de la agricultura también han contribuido al crecimiento de los bosques. Cientos de miles de jóvenes nepaleses migran cada año en busca de trabajos bien remunerados, dejando menos trabajadores en casa. Las remesas extranjeras ahora representan casi una cuarta parte de la producción económica del País, de alrededor de 7.35 mil millones de dólares en el 2020.
En la aldea de Chainpur, donde el Bosque Comunitario de Kankali está al centro de la economía, muchos han dejado la agricultura de subsistencia y han optado por alternativas como la apicultura y los cultivos rentables como la pitahaya.
Keshav Raj Basnet opera un próspero negocio de apicultura y gana 5 mil dólares al año con 12 colmenas. Su hermano mayor, Vijaya Basnet, duplicó sus ingresos después de conseguir un trabajo para ayudar a administrar el bosque. La mitad de sus ganancias provienen de su granja de pastura, dos búfalos y una vaca.
“El bosque es todo para nosotros”, dijo Vijaya Basnet, de 50 años.
Por: Karan Deep Singh y Bhadra Sharma
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