La mitad de los alemanes se opone a enviar tanques a Ucrania

Desde la derrota del nazismo, Alemania se ha dedicado de forma cohibida a promover la paz e integrarse a un orden de seguridad europeo y transatlántico en el que la palabra clave ha sido “consenso”.

La guerra en Ucrania ahora obliga a Alemania a replantear viejas ideas sobre su lugar en Europa, su relación con Rusia y el uso de la fuerza militar.

Alemania desarrolló su economía posguerra con energía rusa barata y una actividad comercial supuestamente apolítica con Europa Central y Oriental, la Unión Soviética y China, al creer que el comercio produce cambios que de algún modo moderan a regímenes autoritarios.

La invasión rusa de Ucrania ha cuestionado todo eso. Para Alemania ha sido un impacto psicológico y político, al socavar muchas de sus suposiciones sobre Rusia; su Presidente, Vladimir V. Putin; y el papel de Alemania en una Europa súbitamente en guerra.

En ningún lado ha sido más aparente la desorientación que en la renuencia de Alemania para enviar a Ucrania su excelente tanque de combate Leopard 2, o permitir que otros países lo hagan. La postura exasperó a sus aliados antes de que Alemania cediera.

Aunque los alemanes apoyan abrumadoramente a Ucrania en su lucha, hay una profunda ambivalencia en una nación con un catastrófico historial de agresión durante la Segunda Guerra Mundial y que sigue estando profundamente dividida respecto a ser un líder militar y arriesgarse a un enfrentamiento directo con Rusia. Sondeos de opinión habían mostrado que la mitad de los alemanes no quería enviar tanques.

“La reticencia alemana en esto puede resumirse en una palabra: ‘historia’”, dijo Steven E. Sokol, director del American Council on Germany.

“Los alemanes quieren ser vistos como un socio, no un agresor, y son particularmente sensibles a enviar armas a regiones donde armas alemanas históricamente fueron usadas para matar a millones de personas”, declaró, al citar a Rusia, Polonia y Ucrania. “La gente no quiere que armas alemanas en las líneas del frente sean usadas para matar gente en esas regiones”.

No obstante, los alemanes se arriesgan a malinterpretar las lecciones de su historia, dijo Timothy Garton Ash, un historiador de Alemania y Europa en St. Antony’s College, en la Universidad de Oxford. “La postura alemana está muy confundida, con su vieja mentalidad muerta y la nueva aún sin nacer”, apuntó.

Pese a la declaración del Canciller Olaf Scholz a inicios del año pasado de un “Zeitenwende”, o punto de inflexión histórico, para Alemania, su Gobierno y su País han batallado para completar la expansión de su Ejército. El resultado ha sido lo que los críticos del Canciller ven como el liderazgo excesivamente tentativo de Scholz en este momento de crisis. La política también juega un papel. Tanto los socialdemócratas como los Verdes, los miembros más numerosos de la coalición gobernante, tienen fuertes facciones pacifistas.

Los electores alemanes quieren que sus líderes siempre “presionen por la llamada opción de paz, que sean los últimos en tomar acción, o que se muevan en coalición”, dijo Thomas Kleine-Brockhoff, del Fondo Marshall Alemán, en Berlín. “Eso muestra que no eres belicista”.

El patrón para Scholz es proceder lentamente para tratar de persuadir a los electores, un intento de circunnavegar la memoria histórica en un País familiarizado con muchos de los nombres de campos de batalla en Ucrania.

“¿Por qué conocemos Azovstal?”, preguntó Kleine-Brockhoff, en referencia a la enorme planta siderúrgica en Mariúpol que los rusos bombardearon durante meses. “¿Quién ocupó Azovstal la última vez? Fueron los alemanes”, indicó.

Heinrich Brauss, un ex general ahora en el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, argumentó que derrotar a Rusia es en beneficio de Alemania, porque los ucranianos están luchando por la seguridad europea. Si la reticencia alemana se convierte en una negativa, sería desastroso para la reputación del País, advirtió. “Y reducirá significativamente la confianza en Alemania como aliada en la OTAN”.

Por: STEVEN ERLANGER 
y ERIKA SOLOMON

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