Posible «crimen de odio» fue el tiroteo que deja 20 muertos en El Paso

Estados Unidos vivió uno de sus peores fines de semana por la violencia con armas de fuego, después de que dos ataques ejecutados en un lapso de menos de 24 horas provocaran 29 muertos y una cincuentena de heridos.

Greg Allen, jefe de la policía de El Paso, en la frontera con México, dijo que el tiroteo ocurrido en El Paso y que dejó 20 muertos y 26 heridos, se investiga como «un posible crimen de odio», pues un manifiesto atribuido al sospechoso que circula en internet denuncia una «invasión hispana de Texas» y explica los motivos del ataque.

Las autoridades de esta ciudad del sur de Estados Unidos detuvieron a un hombre blanco de 21 años. “Veinte personas inocentes de El Paso perdieron la vida», dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott, en una rueda de prensa horas después del tiroteo, que comenzó a media mañana en la tienda Walmart.

El precandidato demócrata y excongresista Beto O’Rourke, nacido en El Paso, acusó al presidente Donald Trump de incitar al odio cambiando «el carácter de este país» y llevándolo «a la violencia».

Se investiga como «un posible crimen de odio», pues un manifiesto atribuido al sospechoso que circula en internet denuncia una «invasión hispana de Texas»

El presidente Donald Trump escribió en Twitter que «fue un acto de cobardía» y que «no hay razones o excusas que justifiquen matar a personas inocentes».

Pocas horas después de este ataque, a 1:00 de la madrugada del domingo, hora local de Dayton, en el estado de Ohio (este), otro hombre mató a nueve personas y dejó 26 heridas antes de ser abatido por la policía.

«El autor está muerto por heridas de bala producidas por la respuesta policial», declaró el teniente coronel de la policía local, Matt Carper. El sospechoso abrió fuego en la calle «con un arma de cañón largo y con muchas municiones», añadió.

Tiroteo en El Paso, Texas

Un joven de 21 años de Allen, un suburbio de Dallas, se entregó a la policía fuera de la tienda despuésdel tiroteo. Los medios estadounidenses lo identificaron como Patrick Crusius.

«Afortunadamente contábamos con muchos agentes en las inmediaciones cuando comenzó el incidente así que la violencia duró poco tiempo». «Es un incidente muy trágico y estamos haciendo todo lo posible para investigarlo e intentar identificar el móvil» del tiroteo, indicó Carper, que también informó que todavía se estaba interrogando a muchos testigos y policías «para determinar si hubo alguien más implicado”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que tres mexicanos murieron en el ataque de El Paso, en tanto que la Cancillería de ese país informó de seis heridos.

El Paso cuenta con 680.000 habitantes, el 83% de los cuales hispanos, según datos de 2018, y durante el último lustro registró un promedio de 18 homicidios al año, una tasa de homicidios baja en comparación con otras ciudades de tamaño similar.
La ciudad es vecina de la mexicana Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, y sus habitantes mantienen una intensa dinámica social y comercial con ciudadanos de ambos lados yendo y viniendo para trabajar, estudiar o hacer compras.

El autor del tiroteo en Dayton, Ohio, murió como consecuencia de las heridas de bala producidas por la respuesta policial

Con estos dos ataques, Estados Unidos ha sufrido ya 251 tiroteos masivos, según datos de la ONG Gun Violence Archive, que los califica así cuando hay al menos cuatro víctimas.

Numerosas voces se han alzado para reclamar una regulación más estricta del mercado de las armas. «Ya es hora de actuar y poner fin a esta epidemia de violencia relacionada con las armas», tuiteó Joe Biden, uno de los favoritos para convertirse en candidato demócrata a la Casa Blanca.

Estados Unidos, donde el porte de armas es legal, sufre regularmente tiroteos en escuelas, así como en lugares de culto, trabajo y entretenimiento. El martes, dos personas murieron y un policía resultó herido en otra tienda Walmart en Misisipi, mientras que el domingo pasado un hombre mató a tres personas, incluido un niño de seis años, en un festival gastronómico en Gilroy, California, al sur de San Francisco.

AFP

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