En Turquía, Pence y Pompeo buscarán un alto el fuego en Siria
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, y el secretario de Estado de ese país, Mike Pompeo, viajarán este miércoles a Ankara para presionar a Turquía a detener la ofensiva contra los combatientes kurdos en Siria, anunció el martes el presidente estadounidense, Donald Trump
“Estamos pidiendo un cese al fuego (…) Ponemos las sanciones más fuertes que se puedan imaginar”, agregó el mandatario. La Casa Blanca, en tanto, dijo que Pence se reunirá mañana con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien dijo que la ofensiva continuaría hasta que Ankara “alcance sus objetivos”.
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Se trata de la creación de una “zona de seguridad” de 32 kilómetros de ancho a lo largo de su frontera para mantener a las fuerzas kurdas a distancia y repatriar una parte de los 3,6 millones de refugiados sirios que están en su territorio. Según un comunicado que difundió la oficina de Pence, el vicepresidente estadounidense manifestará “el compromiso de EE. UU. para alcanzar un inmediato cese del fuego y el establecimiento de condiciones para una solución negociada”.
En la reunión con Erdogan, agrega el documento, Pence reiterará, asimismo, el compromiso de Trump de aplicar “sanciones económicas” contra Turquía hasta alcanzar una solución. Pero más tarde, el mismo presidente turco afirmó que su país “no estaba preocupado” por medidas de ese tipo en su contra.
La abrupta decisión de Trump este mes de retirar a los militares estadounidenses del norte de Siria dejó a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), lideradas por las Unidades de Protección Popular (YPG) –milicias kurdas–, a merced de las tropas turcas y sus representantes sirios.
Los kurdos dicen que miles de familiares de los combatientes del grupo Estado Islámico (EI) han escapado desde que Turquía lanzó la semana pasada su ofensiva, aunque Trump sugirió que tal vez los habrían liberado de manera deliberada para ganar influencia.
“La violencia actual en la región socava gravemente la campaña (para derrotar al EI), pone en peligro a los civiles y a las minorías religiosas, y amenaza la seguridad de toda la región”, dijo la oficina de Pence. “El Gobierno está decidido a mantener la seguridad en la región, la seguridad de los civiles y a continuar con la detención de los combatientes del EI”, añadió. Las fuerzas kurdas oponían una dura resistencia este martes a los militares turcos.
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At President @realDonaldTrump’s direction, tomorrow I will lead a delegation with @SecPompeo, NSA Robert O’Brien & Amb. James Jeffrey to call on Turkey to stop the invasion, enact an immediate ceasefire & begin negotiations to restore peace and stability to the region. pic.twitter.com/UanvagFxk8
— Vice President Mike Pence (@VP) October 15, 2019
Desde el inicio de la operación, Turquía y sus aliados sirios locales han tomado el control de una franja fronteriza de más de 100 kilómetros. Queda por conquistar la ciudad clave de Ras al Aín, donde se concentran los combates más violentos, con las FDS oponiendo una dura resistencia.
Usando una densa red de túneles subterráneos y trincheras, las FDS llevan varios días defendiendo la ciudad. Estas “lanzaron en la noche un contraataque masivo contra las fuerzas turcas y sus aliados sirios cerca de Ras al Aín”, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
A petición de los kurdos, las fuerzas del régimen de Al Asad están desplegadas desde el lunes en sectores del norte, especialmente en la ciudad de Manbij, donde soldados sirios levantaron ayer la bandera nacional.
En siete días, la ofensiva dejó 71 civiles y 158 combatientes de las FDS muertos
Rusia, por su parte, señaló que no permitirá enfrentamientos entre Turquía y Siria. “Esto sería simplemente inaceptable”, dijo Alexander Lavrentiev, enviado especial ruso para Siria. “No dejaremos que se llegue a ese punto”, añadió. Además, la policía militar rusa realiza “patrullas a lo largo de la línea de contacto” entre las fuerzas sirias y turcas en el sector de Manbij, según Moscú.
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Dos soldados turcos murieron, según Ankara, por obuses disparados en la región de Manbij. En siete días, la ofensiva dejó 71 civiles y 158 combatientes de las FDS muertos, según el OSDH, entidad que también reportó la muerte de 128 combatientes proturcos durante los enfrentamientos.
Ankara, por su parte, admitió la muerte de seis soldados y 20 civiles por cohetes lanzados sobre ciudades turcas desde Siria. Además, unas 160.000 personas han sido desplazadas, según informó la ONU. Las autoridades kurdas también alertaron del cese de la actividad de “todas” las ONG internacionales y la retirada de sus empleados de la región, donde hay numerosos campos con decenas de miles de desplazados.
AFP