¿Por qué EE. UU. decidió invadir a Panamá hace treinta años?

El gobierno de Panamá declaró el pasado miércoles como día de duelo nacional el 20 de diciembre, fecha en la que comenzó la cruenta invasión de Estados Unidos en 1989 para sacar del poder al exdictador Manuel Antonio Noriega. Estas son las claves para comprender qué pasó el 20 de noviembre de 1989 en la nación canalera.

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¿Qué fue la invasión de Panamá?

La invasión de Panamá fue una operación en la cual fuerzas militares de Estados Unidos irrumpieron en la nación canalera con un único objetivo: arrestar al dictador Manuel Antonio Noriega, Comandante de las Fuerzas armadas y gobernante de facto de Panamá, acusado por la Justicia estadounidense de narcotráfico y que finalmente se entregó el 3 de enero de 1990.

¿Quién fue Manuel Antonio Noriega?

Fue un exdictador y militar panameño que en 1968 participó en un golpe de estado en el que fue derrocado el entonces presidente Arnulfo Arias. En 1983 Noriega se convirtió en gobernante de facto y lideró la dictadura hasta el año de la invasión.

A principio de la década de 1970, Noriega comenzó a colaborar a sueldo con la CIA. Permitió instalar puestos de escucha en Panamá y utilizó al país como base para ayudar a las fuerzas pro-estadounidenses contra las guerrillas izquierdistas en El Salvador y Nicaragua.

Exdictador Manuel Noriega

Manuel Antonio Noriega fue un temido dictador panameño, muy valorado agente de la CIA, que cayó en desgracia después de ser acusado de narcotráfico y derrocado por una invasión de Estados Unidos.

Foto:

Ángel Murillo / AFP

Noriega utilizó esa información para manipular tanto a sus jefes panameños como estadounidenses para su propio beneficio, que incluía impulsar un floreciente negocio del narcotráfico.

Tras pasar los últimos 26 años de su vida en cárceles de EE. UU., Francia y Panamá por el asesinato de enemigos políticos, lavado de dinero y narcotráfico, el exdictador logró en enero de 2017. Finalmente, el exdictador falleció el 29 de mayo de ese mismo año por el grave deterioro de su estado de salud.

¿Cuántos muertos dejó la invasión?

Según documentos desclasificados que el medio Panama Files publicó esta semana por primera vez, se reiteran las cifras de muertos conocidas como oficiales: “202 civiles y 314 militares”.

Extraoficialmente se habla de entre 500 y 4.000 civiles fallecidos. El barrio de El Chorrillo, donde estaba el cuartel central de las Fuerzas de Defensa panameña, fue arrasado durante el combate, y en los días posteriores a la invasión hubo saqueos a comercios de la capital y la ciudad caribeña de Colón con pérdidas millonarias.

Causa… ¿Justa?

Según el entonces presidente de EE. UU., George Bush (1989-1993), la invasión se produjo para capturar a Noriega y liberar a Panamá de la dictadura. La captura de Noriega fue «un pretexto utilizado por EE. UU. para posteriores propósitos estratégicos y geopolíticos, no solamente con Panamá sino con Centroamérica«, refutó Benjamín Colamarco, exdirigente de las milicias populares que se opusieron a la invasión.

Entre esos supuestos planes de Washington estarían renegociar la entrega a Panamá del canal interoceánico (que finalmente se dio en diciembre de 1999) y castigar a Noriega por su negativa a intervenir contra el gobierno sandinista de Nicaragua, en momentos que EE. UU. temía el avance del comunismo.

«Fue una invasión brutal con grandes desproporciones. Ellos sabían que aquí no había más de unos 2.000 hombres que realmente se podían considerar soldados«, manifestó el coronel Roberto Díaz Herrera, número tres del régimen de Noriega que terminó rebelándose contra el exdictador. «Decía Bush que venían a cazar a un bandido, pero resulta que lo decía el señor que alimentó ese bandido», en su condición de exdirector de la CIA», añadió.

Contra el olvido

En los últimos años los actos conmemorativos de la invasión solo han congregado a un puñado de familiares de las víctimas. Además, en 30 años solo un mandatario panameño ha acudido a los homenajes y ningún gobierno ha pedido responsabilidades a EE. UU, el mayor socio diplomático y comercial de Panamá.

«Imagino que tiene que ver con el hecho de que se trata de EE. UU. y no se ha querido introducir elementos que puedan hacer difícil esa relación«, comentó Planells. «Hay un Alzheimer histórico. No podemos olvidar que aquí hay una influencia rancia y crónica ya de los EE UU.», dijo Díaz.

De poco sirvió que el año pasado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señalara a EE. UU. como responsable por las «violaciones de derechos humanos» durante la invasión y pidiera a Washington «reparar integralmente» a las víctimas.

El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, anunció el 20 de diciembre será por primera vez día de duelo nacional para «honrar a los panameños y todos los inocentes que perdieron su vida y defendieron la integridad de nuestro territorio«.

Sin embargo, por presiones de grupos empresariales, la fecha no implicará un día feriado, lo que ha sido calificado por la abogada panameña que demandó a EE. UU. en 1990 ante la CIDH, Gilma Camargo, como «irrespetuoso, antipatriótico e irresponsable». «Ya está bueno que pongan los intereses privados y políticos en frente del dolor del pueblo panameño«, lamentó Camargo.

REDACCIÓN INTERNACIONAL
Con AFP, Efe y El Comercio de Perú (GDA)

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