Fentanilo, la droga que lucra a mexicanos y mata a miles en EE. UU.
“Ahora metimos ya 30.000 (pastillas), gracias a Dios. Está con todo. En 15 días, 50.000. No sé por qué están pidiendo tanto. Y se venden en dos, tres días”.
Con este mensaje enviado a Univisión Investiga semanas después de una entrevista en Sinaloa, un distribuidor de pastillas de fentanilo celebró la bonanza económica que la droga está produciendo en México.
Al otro lado de la frontera, en Estados Unidos, muy probablemente la celebración se transformará en tragedia: el fentalino es la principal causa de muerte con opioides sintéticos en este país. De acuerdo con la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), en 2017 murieron 28.466 personas por sobredosis de opioides, más de 70 al día. Se calcula que 50 % podrían ser por ingerir fentanilo.
“La realidad es que los carteles mexicanos saben del dinero y las utilidades que hay en el negocio del fentanilo y, como lo hicieron con las metanfetaminas, van a dominar el mercado en Estados Unidos”, dijo a Univisión la fiscal asistente de San Diego, Sherri Hobson.
Pero la incómoda paradoja, que no pueden ocultar con cierta frustración las autoridades de Estados Unidos, es que la gran clientela de los carteles mexicanos fue creada por laboratorios farmacéuticos estadounidenses, que promovieron el uso indiscriminado de analgésicos opioides muy adictivos. Médicos que ahora están tras las rejas pagando largas condenas recetaban las píldoras a pacientes que no las necesitaban, a sabiendas de que estaban manteniendo su dependencia y aumentando ingresos en los laboratorios.
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“El lugar que ahora ocupa el fentanilo en la posición de demanda de opiáceos y opioides en Estados Unidos es por la restricción que se ha dado en Norteamérica a la receta liberal de medicinas, como el Vicodin, como el tramadol, como la oxicontina”, explicó Renato Sales, excomisionado nacional de Seguridad de la Secretaría de Gobernación de México.
La otra fuente del fentanilo que inunda a Estados Unidos es China. Y sus canales de arribo al país son menos aparatosos que las rutas de los carteles mexicanos. Con solo oprimir un par de teclas en lo que se conoce como la red oscura de internet, los norteamericanos pueden comprar fentanilo en píldoras y recibir el paquete en el buzón de correo de sus casas.
La realidad es que los carteles mexicanos saben del dinero y las utilidades que hay en el negocio del fentanilo y, como lo hicieron con las metanfetaminas, van a dominar el mercado en Estados Unidos
El distribuidor de pastillas sinaloense comenzó a traficar fentanilo como un “proyecto pequeño”. Ahora, asegura, envía en promedio 30.000 pastillas cada mes. En Sinaloa hay “cientos, miles” como él, dice, porque el fentanilo se ha convertido en la droga de moda en el mercado de los narcotraficantes sinaloenses para fabricar, comprar, revender y enviar a Estados Unidos.
“Ahorita te podría decir: la mayoría de todos los que mueven cristal, perico, cocaína, mota, todos mueven el fentanilo. Te estoy hablando pues de todos, o sea, todos”, dijo en enero de 2020 en una casa de seguridad, donde aceptó una entrevista para explicar el ajetreo diario de su negocio.
Hace apenas cuatro años, los productores y distribuidores que trabajan comprando y enviando droga en Sinaloa no sabían qué era el fentanilo. Desde entonces, la producción de esta droga sintética ha acaparado el mercado y se ha convertido en el producto más popular entre quienes cosechan, fabrican drogas y las venden a otros distribuidores en territorio estadounidense.
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Varios de ellos, entrevistados para este reportaje, coincidieron en que este opioide sintético al que temen y llaman popularmente el ‘Diablito’ o ‘Chiva sintética’ es fácil de producir y exportar, ya que es casi imposible que lo detecten los perros o las máquinas de rayos X en la frontera. Además de no depender de cosechas ni recolectores y de no tener que pagar vigilantes de los sembradíos, el fentanilo ofrece otra ventaja significativa para los narcos: el ahorro en sobornos cuando se transporta en píldoras.
“Los pactos y la corrupción con las instancias de seguridad y justicia en cualquier país se dan por la necesidad de trasladar grandes cantidades de manera que no son apegadas a la ley”, dijo Manelich Castilla Cravioto, excomisionado general de la Policía Federal de México. Es como “esconder una mina de oro en un monedero”, agregó.
la mayoría de todos los que mueven cristal, perico, cocaína, mota, todos mueven el fentanilo. Te estoy hablando pues de todos, o sea, todos
Las sobredosis con fentanilo, que ya han dejado más muertos en Estados Unidos que los estadounidenses fallecidos en la guerra de Vietnam, han convertido esta droga en la nueva apuesta del narcotráfico y, de acuerdo con operadores entrevistados en México, está reportando ganancias millonarias a los grandes carteles y también a los productores.
En San Diego, en la frontera con Tijuana, las autoridades comenzaron a monitorear este tráfico desde 2017, cuando se creó un grupo de trabajo especial sobre el fentanilo. En 2015 habían tenido cinco incautaciones. Cuatro años más tarde, aumentaron a 100. La fiscal asistente Hobson aseguró que al menos 550 kilogramos de esta droga cruzaron por esa frontera el año pasado.
“No se trataba solo de la oficina del fiscal de los Estados Unidos. Era la oficina del fiscal de distrito de San Diego, el médico forense federal, las agencias estatales y locales de servicios sociales y de salud. Todos colaboramos en lo que estábamos haciendo porque estábamos en medio de una epidemia” dijo Hobson.
En la competencia de carteles por el mercado del fentanilo, el de Jalisco Nueva Generación le tomó una ventaja inicial al de Sinaloa, que atravesaba por varias crisis de liderazgo y divisiones internas a raíz del arresto de su jefe natural, Joaquín ‘Chapo’ Guzmán. Nueva Generación es un antiguo brazo armado del cartel de Sinaloa que se independizó en 2010. Está bajo el mando de Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho. René Amarillas, supervisor de la DEA, explica que Jalisco Nueva Generación ya tenía una larga experiencia en el manejo de este tipo de productos.
“Eran buenísimos para crear metanfetamina, ya tenían sus químicos, ya tenían acceso a los puertos de Manzanillo, de Lázaro Cárdenas, de Veracruz”, dijo Amarillas.
Sales, el excomisionado nacional de Seguridad, explicó que Jalisco Nueva Generación había expandido sus operaciones en 2015 y 2016 en Estados Unidos gracias a la distribución de fentanilo chino que ingresa a México por el puerto de Lázaro Cárdenas y cruzaba el país en vehículos discretos, hacia la frontera. Pero ahora, el negocio está en disputa, porque el cartel de Sinaloa ha entrado de lleno en su producción, después de la extradición y juicio de Guzmán, de acuerdo con este exfuncionario, quien dejó el cargo en diciembre de 2018.
Remordimiento comercial
En Sinaloa, ya entrado el 2019, el cartel se dio cuenta de que el envío de fentanilo en altas dosis camufladas en pastillas estaba provocando la muerte de su propia clientela, según varios productores y distribuidores. Por ello, agregan, sus compradores han comenzado a pedir que mezclen el fentanilo con otras drogas, especialmente con heroína y cocaína.
No está probado que las muertes se hayan reducido, pero uno de los distribuidores dice que la nueva mezcla ayudó, al menos, a estimular al deprimido mercado del opio.
“Ahorita nos pusimos a sembrar porque está subiendo y ya hay un poquito más de mercado, pero el año pasado no hubo mercado, nos quedamos con las cosas ahí o las malbaratamos”, dijo uno de los agricultores de amapola.
La goma, que se obtiene de la planta de la amapola, había caído de precio con el auge del fentanilo. Un kilo llegó a costar 250 dólares. Desde finales de 2019, coincidieron, ha repuntado hasta un precio actual de mil dólares por kilogramo.
Ahora cientos de productores en Sinaloa están sembrando amapola de emergencia para cosecharla en primavera, lo cual es visible en los campos recién sembrados que el equipo de Univisión Investiga visitó en distintos municipios de ese estado mexicano.
Uno de los cosechadores, próximo a los 30 años, dijo que empezó en el negocio desde los 12. En su pueblo celebran el nuevo auge. La mayoría de los pobladores están involucrados de un modo u otro con el negocio. Unos vigilan los caminos para alertar de la llegada de los agentes del Gobierno o los fuereños; otros cultivan, recogen las cosechas, producen heroína, cuidan la marihuana mientras se seca. Allí, el narcotráfico es la norma, el modo de vida.
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Y la nueva bonanza es motivo de júbilo. El impulso de la goma, explicaron, se lo deben a tres tendencias en el mercado: el aumento de la demanda de la heroína por temor a los riesgos del fentanilo; la mezcla de fentanilo con la heroína bajo la creencia de que se baja el riesgo de muerte, y la utilización de la heroína como precursor químico para la elaboración del fentanilo.
“Como la sintética (fentanilo) está yendo mucho pa’ Estados Unidos y como ha matado a mucha gente allá, porque es muy fuerte, ahora procuran mejor la otra, la natural”, dijo el cosechador. “La natural” es la goma de opio, que es menos fuerte que el fentanilo.
De un ambiente triste que se vivía el año pasado por la caída de los precios, ahora el ánimo ha cambiado, según los cosechadores que trabajan apresurados para cumplir con los nuevos pedidos.
La ofensiva de Estados Unidos contra el fentanilo tiene también efectos en la selección de los cultivos. Algunos de los campesinos dijeron que prefieren sembrar amapola pero no involucrarse en la producción. “Buscan mucho al que lo produce (el fentanilo), y de volada dan con él porque está matando mucha gente”, dijo un cultivador.
En el mismo pueblo, un hombre que ha sido productor de heroína como ‘cocinero’ durante los últimos 20 años dijo que prefiere no aprender a preparar fentanilo, pues no quiere que vengan a buscarlo los “güeros”, refiriéndose a los agentes de EE. UU.
En esto, los productores difieren con el informe reciente de la DEA, que dice que las “mezclas de fentanilo con otras drogas ilícitas son relativamente poco frecuentes al por mayor, lo que significa que la mezcla de fentanilo con heroína y otras drogas ilícitas tienen lugar dentro de Estados Unidos, no en México”.
De Sinaloa a Los Ángeles
Los transformadores del fentanilo en Sinaloa, más conocidos como cocineros, cuentan con contactos en Estados Unidos para la venta y distribución del producto. El cocinero entrevistado por Univisión dijo que el suyo es un revendedor dominicano en Los Ángeles a quien envía fentanilo mezclado con heroína cada semana.
Los dominicanos, según la DEA, han jugado un papel muy importante en la industria del fentanilo. “Hemos visto varios casos donde los dominicanos se han venido a México, se han podido reunir, trabajar junto con los carteles de Sinaloa principalmente”, explicó Amarillas, agente supervisor de la DEA. Algunos, agregó el funcionario, “regresan a la República Dominicana a fabricar fentanilo y a distribuirlo en Nueva York y en diferentes áreas del mundo”.
Un reciente informe de la DEA señala que “traficantes dominicanos han formado lazos con mexicanos para transportar heroína y han establecido operaciones de fabricación de fentanilo en la República Dominicana. Estas organizaciones son altamente móviles y sin restricciones por fronteras nacionales”.
En Ciudad de México, las autoridades aseguran que no han podido detectar mucho del fentanilo que pasa por su territorio y se han concentrado en revisar la paquetería de apenas un puñado de aeropuertos. En un entrenamiento muestra del que Univisión fue testigo, el entonces comisario de la Policía Federal, Javier Ortiz, dijo que el equipo de detección que utilizan fue donado por autoridades de Estados Unidos.
¿Qué es?
El fentanilo es una droga sintética 100 veces más poderosa que la morfina y altamente adictiva. En medicina se usa para calmar los dolores de pacientes terminales cuando otros analgésicos no hacen efecto. Los adictos entrevistados dijeron que la droga produce un estado de absoluta paz, tranquilidad y momentos de euforia.
GERARDO REYES Y PENILEY RAMÍREZ
Univisión