Los médicos, el blanco de Maduro durante visita de la ONU a Venezuela
Los médicos venezolanos están en la mira de Nicolás Maduro por haber intentado alertar a la misión de la ONU, actualmente de visita en el país, sobre la grave escasez de equipos y medicamentos en los hospitales, según denunciaron varias ONG.
Entre tanto, el régimen asegura que las falencias médicas se deben a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, que suma una más este martes contra la Compañía General de Mineria de Venezuela CA, y su presidente, Adrian Antonio Perdomo Mata, encargada de producir y exportar el oro del país.
«Esta mañana sacaron a la fuerza a la presidenta de la escuela de medicina del hospital de Maracay (al oeste de Caracas), y desde entonces no sabemos dónde se encuentra«, dijo este lunes Jaime Lorenzo, director ejecutivo de la ONG Médicos Unidos, sin precisar quiénes pudieron estar detrás del incidente.
«Estaba protestando contra la represión del personal de salud y de aquellos que denuncian la falta de medicamentos y el mal funcionamiento de los hospitales», añadió.
El diputado opositor por el estado de Vargas, José Manuel Olivares, oncólogo y radioterapeuta de profesion, denunció en Twitter que se trata de el «tercer médico en dos semanas que es perseguido por denunciar la situación que se vive en los hospitales».
El domingo pasado también se registraron incidentes entre el personal del hospital de Barquisimeto (noroeste) y un grupo de partidarios del régimen venezolano, que les arrojaron piedras mientras esperaban la llegada de los enviados de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Según Médicos Unidos, la represión ha aumentado en las últimas dos semanas. «Hemos llamado la atención sobre nuestros pacientes, que se nos mueren por la falta de insumos y equipos. Los médicos han sido detenidos sin ninguna justificación», acusó el director de la organización.
Asimismo, el sábado un joven médico del estado de Carabobo (al suroeste de Caracas), Ronnie Villasmil, anunció su salida del país a través de Twitter, luego de que el Cuerpo de Investigación venezolano allanó su hogar. «Hoy he tenido que huir como un delincuente, hoy mi madre me llora», señaló.
El médico también dijo que el objetivo del régimen era privarlo de su libertad. «Mi único delito fue mostrarle al mundo la situación precaria en que se vive en los hospitales de Carabobo a la comisión @ONU_es», escribió.
Hoy #15M en horas de la noche el CICPC allanó mi vivienda, con la intención de privarme de mi libertad.
En estos momentos me encuentro resguardado. Responsabilizo al Gobernador @rafaellacava10 y al usurpador @NicolasMaduro por lo que nos pase a mi familia y a mi.
— Ronnie Villasmil (@RonnieVillasmil) 16 de marzo de 2019
La misión provisoria de la ONU
La misión de la ONU se compone de cinco personas, que permanecen en Venezuela por una «misión técnica preliminar» para preparar una posible visita de la expresidenta chilena Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas, que fue invitada oficialmente por el gobierno venezolano desde noviembre.
Los enviados especiales visitaron el hospital de Barquisimeto escoltados por médicos y autoridades locales. Una de las médicas que acompañó la visita, que pidió la reserva de su nombre, señaló que le informaron a los delegados sobre «todas las fallas que tiene el hospital, los sueldos paupérrimos» que reciben los funcionarios de la salud y «las fallas de medicamentos».
Un médico gana el equivalente entre 6 y 10 dólares
«Le conté que los pacientes que operamos no pueden cumplir la quimioterapia y que los que no tienen cómo comprarlo fuera (del país) se mueren. Cuando le dije lo del sueldo, casi se cae para atrás», refirió la médica, teniendo en cuenta que en Venezuela un médico gana entre 18.000 y 30.000 bolívares mensuales, lo que equivale a unos 6 y 10 dólares, respectivamente.
‘La culpa es de las sanciones de EE. UU.’
Por su lado, el régimen de Nicolás Maduro afirmó que las fallas en el sistema de salud se debe a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, pues, dicen, les impide importar productos de primera necesidad, incluyendo medicinas e insumos médicos.
Además de los 30.000 millones de activos venezolanos congelados por Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump continúa efectuando restricciones a empresas venezolanas, como la que impuso este martes contra la minera estatal Minerven para mantener presión sobre Nicolás Maduro.
Esta sanción fue publicada en página oficial del Departamento del Tesoro de EE. UU. y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que la medida se dirige también al presidente de la minera Adrián Antonio, «por apoyar el círculo interno del corrupto régimen de Maduro», que Washington denuncia como ilegítimo.
«Vamos a perseguir de manera agresiva a aquellos involucrados con el imprudente comercio ilícito de oro de Maduro que está contribuyendo a esta crisis financiera, humanitaria y ambiental», concluyó Mnuchin.
El ‘maquillaje’ desesperado a la salud
Varias ONG venezolanas como Provea denuncian que, para evitar la atención mediática, Maduro ha montado una operación de «maquillaje» en hospitales y prisiones visitadas por los comisionados para ocultar su precariedad.
«El maquillaje que la dictadura viene haciendo a hospitales y cárceles ante visita de Comisión Técnica (…) demuestra la indolencia y crueldad del gobierno de facto. Pueden mejorar instalaciones, pueden dar medicinas pero son indolentes», señaló en Twitter la ONG Provea, crítica con el gobierno.
«En Valencia y Barquisimeto hemos visto a camiones que llevaron médicos e insumos al hospital donde se esperaba la visita de la misión», aseguró Jaime Lorenzo.
En los hospitales públicos del país falta el 90 por ciento de los productos médicos necesarios y casi todos los laboratorios públicos han cerrado, según una encuesta nacional realizada por la ONG Médicos por la Salud junto con el Parlamento, la única institución controlada por la oposición.
El régimen, en cambio, no ha dado a conocer cifras oficiales sobre el estado del sistema de salud desde hace tres años. Además, la situación se ve agravada por la salida de al menos 22.800 médicos que han optado por el exilio en los últimos años, según la Federación Venezolana de Médicos. «Para nosotros las cifras son mayores», consideró Lorenzo.
En adición, el apagón del 7 de marzo, que dejó al país en la oscuridad durante casi
una semana, terminó de complicar la crisis de los centros de salud, pues muchos quedaron con fallas eléctricas en determinadas áreas o con inconsistencias en el servicio del agua.
Redacción internacional
*Con información de AFP y EFE