Populismos, fantasma que asusta en las elecciones europeas

Las elecciones europeas arrancaron el jueves en Holanda –con una sorpresiva victoria socialdemócrata- y el Reino Unido, donde se espera una aplastante victoria de los eurófobos nacionalistas de Nigel Farage. Acabarán este domingo en Italia, donde se espera otra aplastante victoria de los eurófobos nacionalistas, esta vez de la mano de Matteo Salvini.

Desde que se abrieron los colegios electorales a las siete de la mañana en Holanda hasta que se cierren la noche del domingo en Italia habrán pasado por las urnas algo más de 200 millones de personas (la participación suele acercarse al 50 por ciento) que habrán cambiado el mapa político del continente.

Los últimos sondeos aseguran que las fuerzas políticas que van desde los euroescépticos hasta los abiertamente neonazis pasando por diferentes grados de ultraderechistas, podrían llegar a sumar cerca del 25 por ciento de los eurodiputados. Hace cinco años sumaron el 20,4. Muchos, suficientes para hacer ruido pero insuficientes para influir en las políticas del bloque.

Crecen en algunos países, como Italia o España, pero caen en otros, como Alemania (donde los ecologistas superarían a los socialdemócratas y Merkel mantendría a su partido en primera posición), Dinamarca, Grecia, Holanda y Polonia.

Elecciones Europeas

Más de 200 millones de personas participarán en las elecciones del parlamento.

Los eurófobos penan para aliarse. Los nacionalistas polacos o bálticos desconfían de Rusia mientras los ultraderechistas italianos, austríacos o franceses ven en Moscú a un amigo.

Salvini, la ultraderecha alemana de AdF o los ultras escandinavos son partidarios de un neoliberalismo económico radical, mientras la francesa Le Pen aboga por la intervención del Estado en la economía.

El caos del brexit les hizo dejar de lado sus promesas de sacar a sus países de la UE. Ahora apuntan a controlar las instituciones del bloque para corroerlo desde dentro, a hacer que la UE dé marcha atrás hacia una “Europa de las naciones”, el sueño nacionalista.

Votos en Irlanda

Electores depositan sus votos para las elecciones del Parlamento europeo y su voto para el referendo sobre divorcio en Irlanda.

Foto:

Paul Faith / AFP

El nuevo Parlamento Europeo marcará un cambio profundo en las relaciones de poder en Europa. Los conservadores y los socialistas, por primera vez, no sumarán el 50 por ciento. Esa fragmentación hará que grupos como el ecologista tengan un papel mucho más potente y que el liberal, partido bisagra, pueda decantar mayorías a izquierda o a derecha.

En las últimas semanas hubo movimientos para forjar una gran coalición, que en Bruselas ya se llama “De Tsipras a Macron” y que incluiría a todos los partidos europeístas desde el izquierdista Syriza del primer ministro griego Alexis Tsipras, hasta los liberales del presidente francés Emmanuel Macron.

Con la alemana Angela Merkel de retirada (le queda poco más de un año para abandonar el poder), Italia en manos de la ultraderecha y el inclasificable M5S, Macron, con índices de aprobación por debajo del 30 por ciento y el Reino Unido cocinándose en su salsa del brexit, los socialdemócratas, orillados durante años, pueden ganar peso.

Javi López, eurodiputado socialdemócrata español, explicó a EL TIEMPO que “la victoria socialdemócrata en Holanda se explica fundamentalmente por el efecto Timmermans (el candidato de la centro izquierda a presidir la Comisión Europea). De igual forma, los buenos resultados en España y una incipiente recuperación del PD italiano pueden marcar una tendencia positiva para la socialdemocracia”.

López pide esperar a la noche del domingo para saber los resultados, pero advierte que “mientras han dado por muerta a la socialdemocracia varias veces durante los últimos años, hoy está en disposición de competir por la victoria”.

Mientras han dado por muerta a la socialdemocracia varias veces durante los últimos años, hoy está en disposición de competir por la victoria

Los socialistas españoles esperan un resultado que los convierta en los jefes de su grupo político. También esperan buenos resultados los socialdemócratas portugueses y los escandinavos. Los conservadores se temen un hundimiento en Francia, España e Italia (Forza Italia era hasta ahora la primera fuerza política del Parlamento Europeo y quedará reducida a escombros). Por primera vez en casi dos décadas los conservadores podrían perder el control de las instituciones del bloque.

Los conservadores serán la primera fuerza según los sondeos, pero la sorpresiva victoria socialdemócrata en Holanda anima a la centroizquierda.

Los resultados serán el punto de partida para nombrar a los nuevos dirigentes de las instituciones del bloque. La negociación será a cara de perro porque hay que conjugar el peso político y variantes como el origen nacional e ideológico de los elegidos.

IDAFE MARTÍN PÉREZ
Para EL TIEMPO
​Bruselas
En Twitter: @IdafeMartin

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