¿Realmente podemos detectar cuando alguien nos está diciendo mentiras?
Cruzar los brazos, rascarnos la nariz, fruncir el ceño o alta sudoración son solo algunos de los comportamientos que muchos aseguran son reveladores para detectar cuando alguien está diciendo mentiras en un momento determinado.
En otros casos se habla incluso de que alguien no dice la verdad cuando aprieta los labios, o cruza las piernas o simplemente cuando inclina el cuello en señal de preocupación.
Con esta vara es que muchas personas, al día de hoy, juzgan prematuramente a sus parejas, amigos o allegados sin tener en cuenta una serie de factores que pueden entrar a mediar en los casos en que un ser humano se ve confrontado con otro que quiere detectar si lo que dice es falso o verdadero.
«Yo diría que es algo realmente difícil detectar se una persona está diciendo mentiras a solo juzgar por su lenguaje temporal, y eso que trabajé muchos años en el CTI de Colombia», dijo a EL TIEMPO Nury Esther Pérez Márquez, psicóloga clínica con énfasis en salud mental y con conocimientos en psicología forense.
Para la experta, todos los individuos presentan comportamientos diferentes y es muy difícil homogenizar o estandarizar las conductas de una personas que está diciendo mentiras.
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«Hay muchas personas que son de carácter tímido, por ejemplo, y tienden a ponerse muy nerviosas y a sudar excesivamente cuando se encuentran frente a situaciones de presión o cuando deben hablar frente a un público numeroso. Ello no significa que esté diciendo mentiras, sino que su lenguaje corporal está expresando los rasgos de su personalidad», aclara Pérez Márquez.
Por ello, la psicóloga invita a tener mucho cuidado a la hora de implementar estos consejos que se tienden a viralizar por redes sociales, en los que le dan a las personas pistas exactas de cómo detectar si una persona es mentirosa.
«Podemos errar en un alto porcentaje cuando intentamos juzgar a alguien por simples consejos que encontramos en internet. Pero también hacerle daño y poner en duda la credibilidad de nuestros seres queridos por aplicar consejos sin tener el conocimiento ni las herramientas para ejecutarlos», añade.
Siempre buscar ayuda
Si creemos que una persona está convirtiéndose realmente en alguien mentiroso, lo más importante en ese caso no es juzgarlo ni discriminarlo, sino buscarle ayuda.
«Puede suceder que una persona que tiende de decir mentiras todo el tiempo, puede haber pasado por episodios traumáticos durante su niñez que le lleven a escudarse en no decir la verdad. Con ellos hay que hacer un trabajo a profundidad en el que se debe ahondar en la historia de esa persona para poder encontrar la forma correcta de tratarla y ayudarle en su posible patología», subraya la experta.
Por eso para estas personas es indispensable el apoyo de sus familiares y allegados, porque probablemente sean conscientes de que dicen mentiras, pero no de que necesitan ayuda para dejar de hacerlo y tratar posibles secuelas de su infancia.
Siempre es importante acudir a los profesionales de la salud para detectar trastornos psicológicos.
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El discurso, un punto a observar
Pérez Márquez asegura que el discurso es una de las herramientas de comunicación más importantes del ser humano, y a su vez uno de sus puntos débiles cuando de detección de mentiras de trata. «Ello no quiere decir que por medio del discurso sea fácil detectar si alguien miente, pero sí que el observarlo y encontrar inconsistencias en él, es tal vez la forma más cercana que tenemos entre nosotros de saber si otros nos mienten».
«Si una persona da un testimonio sobre algo que sucedió, y la siguiente vez que se le pregunta varía algún lugar, nombre o suceso, a ello sí debería ser importante prestar atención, pero no puede convertirse en ley para juzgar a otros porque muchas personas tienen problemas de memoria y no les es fácil reconstruir sucesos a largo, mediano o corto plazo», finaliza la experta.
Una persona que constantemente dice mentiras puede haber pasado por un episodio traumático durante su infancia.
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Comportamiento de un mitómano
El profesional de la salud, ya sea psiquiatra o psicólogo, es quien debe determinar si una persona padece de mitomanía o no. Esta entendida como un trastorno psicológico en el que el «adicto», aunque quiera, no puede dejar de mentir, pues se ha convertido en una parte de su forma de comportarse y relacionarse con los demás. Incluso puede llegar a sentirse indefenso si no adorna la verdad con mentiras que la hagan más interesante.
Algunos de los síntomas que estas personas pueden llegar a presentar son:
–Tendencia a desdibujar la realidad y adornarla con lo que él/ella quisiera que fueran las cosas.
–Búsqueda de la aceptación y admiración de sus interlocutores.
–Baja autoestima junto con pocas habilidades sociales o una apariencia de todo lo contrario, ser bastante social y exitoso.
–Miedo constante a ser descubierto.
María del Mar Quintana Cataño
Redacción APP
@Miradelmar