Conmoción en Venezuela por muerte de militar detenido por Maduro

La muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo ocurrida bajo la custodia de funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) conmocionó a los venezolanos al conocerse que el funcionario militar fue torturado.

El hombre falleció la madrugada del sábado en las instalaciones del Hospital Militar de Caracas, luego de que el tribunal al que fue presentado ordenó su traslado por estar muy malherido.

Su abogado, Nelson Medina Roa, dijo que Acosta Arévalo no podía levantarse de la silla de ruedas en la que llegó al recinto el viernes en la tarde y que solo pedía ayuda.

El capitán de corbeta fue detenido el 21 de junio, y aunque la ley venezolana establece la presentación ante tribunales en un lapso de 48 horas, esta ocurrió una semana después.

El presidente encargado, Juan Guaidó, hizo un nuevo llamado a los militares venezolanos a luchar contra el régimen de Nicolás Maduro. “¿Es que no escuchan a sus compañeros desde la tumba, desde los sótanos recibiendo torturas?”, les conminó.

Según la experta en materia militar Rocío San Miguel, lo ocurrido puede impactar con mucha fuerza la moral de la Fuerza Armada venezolana.

La magnitud de los hechos obligó al régimen de Nicolás Maduro a reaccionar rápidamente, pero lo hizo bajo un esquema de lugares comunes: ofreciendo condolencias y prometiendo una investigación.

Un comunicado de la Fuerza Armada venezolana, firmado por el ministro Vladimir Padrino López, aseguró que Acosta Arévalo “se desmayó” en la audiencia ante la que fue presentado como “parte del debido proceso”, a pesar del retraso en su presentación.

Sin embargo, este comunicado contradice otro de la Presidencia que señalaba que Acosta Arévalo ya había sido presentado.

El ministro aseguró que Maduro ha solicitado “iniciar una profunda investigación para determinar las circunstancias en las cuales se produjo el deceso, ratificando de este modo la política del Estado venezolano de indefectible respeto a los Derechos Humanos”.

La fiscalía chavista dijo que tiene adelantadas las primeras pesquisas del caso, pero aún no ofrece detalles. Pero el abogado del capitán de corbeta ha dicho que este presentaba evidentes signos de tortura.

¿Es que no escuchan a sus compañeros desde la tumba, desde los sótanos recibiendo torturas?

No es la primera vez que los prisioneros acusados de traición a la patria y rebelión militar –de lo que era señalado Acosta Arévalo– son torturados en las celdas de la DGCIM y el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebín), tal como relataron decenas de familiares de detenidos a la alta comisionada de DD. HH. de la ONU, Michelle Bachelet, quien viajó a Caracas hace 10 días.

Precisamente, al marcharse Bachelet comenzó una nueva oleada de detenciones de funcionarios militares, supuestamente involucrados en planes para deponer al régimen.

Valentina Lares Martiz
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas

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