Las ingeniosas tácticas de manifestantes contra policía en Hong Kong
La tensión en Hong Kong sigue al rojo vivo después de que los manifestantes provocaran la parálisis del aeropuerto de la ciudad, mientras la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, aseguraba que las protestas están llevando la ciudad a un «camino sin retorno».
Este miércoles, las autoridades hongkonesas anunciaron que después de dos días de vuelos cancelados, el aeropuerto internacional retomó sus actividades con normalidad.
Sin embargo, los manifestantes continúan firmes en sus demandas y no retroceden a pesar de las amenazas del Gobierno local o las acciones de la policía. Estos son algunos de los métodos que los protestantes implementan para hacerle frente a los esfuerzos estatales de parar las manifestaciones.
La megalópolis del sur de China atraviesa desde hace dos meses la mayor crisis política desde su retrocesión en 1997.
Esta situación llega después de que Hong Kong registrara su décimo fin de semana consecutivo de protestas, que comenzaron con la oposición a una controvertida propuesta de ley de extradición, pero que evolucionaron hacia una serie de demandas de mejora de los mecanismos democráticos de la ciudad.
Las jornadas de caos se ven empañadas por la violencia entre los manifestantes y las fuerzas policiales, en una espiral que ha ido en aumento con la sucesión de las marchas de protesta.
Las tácticas de defensa
Ante la sucesión de confrontaciones con la policía, los manifestantes desarrollaron nuevas tácticas para protegerse del gas.
Los hongkoneses acuden a las protestas equipados con guantes ignífugos para poder recoger granadas del suelo y también con máscaras de gas, que llaman «hocicos de cerdo».
Los foros en internet hierven con discusiones sobre los mejores modelos de máscaras y las recomendaciones de las tiendas donde comprarlas.
Los manifestantes incluso crearon «unidades» especializadas en cómo hacer frente a las granadas lacrimógenas.
Algunos de ellos cubren sus brazos con film plástico para evitar las irritaciones provocadas por el gas y llevan un suero para protegerse los ojos.
A menudo devuelven las granadas a la policía o intentan neutralizarlas con agua. Su técnica más ingeniosa consiste en utilizar un cono de señalización para contener el gas de la granada antes de que un segundo manifestante lance agua por el agujero para sofocarla.
También usan potentes rayos láser para evitar ser detectados por las cámaras de reconocimiento facial que utiliza la policía con el fin de efectuar arrestos.
Quizás actúan como un ejército pero están equipados solo con objetos artesanales, muchos de ellos sacados de la cocina.
Algunas personas acuden a las protestas con tapas de wok (sartén), un utensilio oriental que se ha convertido en un arma eficaz para contrarrestar las granadas. Los paraguas, para cubrirse del gas, o las gafas de piscina, para protegerse del gas pimienta, también se convirtieron en objetos imprescindibles.
Los manifestantes también usan celofán enrrollado alrededor de sus brazos y piernas para evitar las irritaciones provocadas por los gases lacrimógenos.
*Con información de AFP, Efe y El Comercio de Perú (GDA)