Melania no es una princesa atrapada en la torre de un castillo
En Washington se dice de todo sobre Melania Trump. Que es una especie de princesa encerrada en la torre de un castillo (la Casa Blanca), que es el poder detrás del trono, que detesta a su marido, el presidente Donald Trump, e, incluso, que hace parte de una resistencia secreta que busca tumbarlo.
En gran parte, las especulaciones sobre la primera dama –o fascinación dirían algunos– tienen que ver con lo único cierto que se sabe sobre ella: Melania, la exmodelo que emigró de Eslovenia en 1996 y se casó con Trump una década después, es una persona silenciosa, extremadamente reservada y no muy amiga de los medios de comunicación. Tanto, que solo ha dado dos entrevistas desde que se mudó a la ciudad hace casi tres años.
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De allí lo novedoso que resulta el nuevo libro de Kate Bennett, una periodista de ‘The New York Times’ que se ha especializado en reportar sobre la vida y obra de las primeras damas en EE. UU. y que viene siguiendo los pasos de Melania desde la campaña electoral que lanzó su esposo en el 2015.
La primera revelación llega en el mismo título, donde utiliza un juego de palabras para indicar que la primera dama es mucho más independiente de lo que la mayoría cree. ‘Free, Melania: The Unauthorized Biography’.
En inglés, si se elimina la coma, el título se transforma en Liberen a Melania, una referencia a su supuesta condición de prisionera de Trump. Pero al incluir la coma, Bennett lo transforma en Libre, Melania, algo que apunta a un rasgo de su personalidad hasta ahora desconocido.
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“Lo que más me ha sorprendido de Melania Trump en estos cuatro años que llevo cubriéndola es que está realmente muy feliz en el lugar que ocupa. Quizás sirva para un buen meme pensar que está atrapada en la Casa Blanca. Pero si uno habla con cualquier persona de las que trabaja con ella, se da cuenta de que esa es una percepción equivocada”, decía Bennett hace unos días en una entrevista con NPR.
El libro, y lo aclara la propia periodista, no está basado en un acceso directo a la primera dama, sino en los años que lleva observando su conducta. De allí que muchos de los episodios que narra terminan siendo conjeturas no corroboradas. Pero aun así, el texto está lleno de datos interesantes.
Bennett cuenta, por ejemplo, que Melania no duerme en la misma habitación de Trump, lo cual es inusual, pues esa siempre ha sido la tradición en la Casa Blanca.
Según la periodista, mientras que el cuarto que Trump ocupa está en el primer piso de la residencia, Melania vive en el tercero y se acomodó en la habitación que utilizó la mamá de Michelle Obama cuando esta se mudó a la Casa Blanca para acompañar a su hija y ayudar en la crianza de sus nietas.
Moda y opinión
En su libro, Bennett ofrece una explicación curiosa ante la inusual separación. Según ella, si ambos durmieran en el mismo cuarto y pasaran más tiempo juntos, probablemente la relación acabaría pronto, como sucedió con los dos matrimonios anteriores de Trump en los que durmió en el mismo cuarto con sus esposas.
Por supuesto, también es probable que se deba a la tensión que existe entre ambos desde que se confirmó que el presidente pagó dinero para silenciar a una actriz de cine porno y a una conejita de Playboy que alegan haber tenido relaciones sexuales con el mandatario.
En el texto, Bennett también cuenta que, a su juicio, Melania es muy consciente de sus limitaciones intelectuales en comparación con antecesoras como Michelle Obama, abogada de Harvard, o Hillary Clinton, también con una larga historia de servicio público.
De allí que se haya enfocado en temas que conoce mejor, como la remodelación de la Casa Blanca, y asuntos de corte más humanitario, como el drama de las familias que viven con un adicto o el matoneo de niños en las escuelas.
Bennett dice también estar convencida de que Melania utiliza su atuendo y gestos físicos para trasmitir sus opiniones sin necesidad de hablar. Y recuerda, por ejemplo, cuando decidió ponerse un pantalón blanco para el discurso sobre el estado de la Unión en enero de 2018, que fue justo la misma semana en la que se confirmaron los affaires del presidente con las dos mujeres mencionadas.
Según Bennett, fue un castigo para Trump, que detesta que las mujeres usen pantalones porque, según él, no se ven femeninas, y en solidaridad con el feminismo, que ha usado ese color en el pasado para representar su lucha por la igualdad de género.
Sin complacencias
En otro famoso episodio, Melania dejó a todo el mundo perplejo cuando se apareció en Texas para una visita a los centros de detención de niños inmigrantes con una chaqueta en la que se leía: ‘A mí realmente no me importa, ¿y a ti?’. Muchos pensaron que se trataba de un mensaje político.
Pero de acuerdo con Bennett, el mensaje era para Ivanka Trump, la hija del presidente que también le sirve de asesora. La periodista sostiene que fue Melania la que convenció a Trump de bajarle el tono a su política de cero tolerancia en la frontera, especialmente con la separación de familias, pero Ivanka terminó robándose el crédito.
De hecho, según el libro de Bennett, la relación entre ambas es apenas cordial y Melania, al parecer, resiente el protagonismo de ‘otra mujer’ en la Casa Blanca.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
En Twitter: @sergom68