El camino empedrado que tendrá el ‘brexit’ para el Reino Unido y la UE
Bombas, platillos, fuegos artificiales y hasta un reloj virtual están en el plan de la fiesta que tiene preparado el primer ministro británico, Boris Johnson, para celebrar este viernes 31 de enero su gran triunfo: el brexit, como se ha denominado la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea (UE), bloque económico del que ha sido miembro desde hace 47 años.
Pero el tortuoso camino para llegar al brexit, que comenzó hace casi cuatro años y provocó la más grave crisis constitucional que ha vivido el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial, todavía tiene mucho por andar y se vislumbra aún muy empedrado. El proceso le costó el cargo a su predecesora, Theresa May.
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Johnson, de 55 años, tendrá todavía muchos obstáculos que superar, pese a contar con el histórico cheque en blanco que logró en las elecciones generales de diciembre, con un Parlamento de mayoría aplastante del Partido Conservador.
Con ese poder parlamentario, el primer ministro logró el jueves que la Reina Isabel II le diera la ratificación al proyecto de acuerdo de salida de la UE.
Pocas horas después, Ursula von der Leyen y Charles Michel, los líderes de la Comisión y el Consejo Europeos, firmaron formalmente el documento de 600 páginas de retirada, que contiene, entre otros temas, acuerdos sobre derechos de los ciudadanos, obligaciones financieras o de pago por divorcio por un valor de 43.000 millones de dólares del Reino Unido para el bloque, además del protocolo de Irlanda del Norte, que establece los arreglos para mantener una frontera abierta en la isla de Irlanda.
El gobernante tendrá que demostrar sus habilidades negociadoras en un período de transición de once meses, frente a la dolida y resentida Unión Europea, que hará lo posible por sacarle ventaja en la próxima etapa de salida, que debe concluir el 31 de diciembre del 2020, pese a que Von der Leyen ha dicho que este tiempo no será suficiente.
El primer ministro ha tratado de minimizar cualquier temor y ha dicho que no espera que las autoridades europeas en Bruselas le ofrezcan peores términos comerciales, posteriores al brexit, de lo que ha ofrecido a otros socios comerciales.
“No creo que eso vaya a suceder… Es masivo en nuestros intereses, en los intereses de ambos lados del canal, tener un maravilloso tratado de libre comercio con arancel cero, cuota cero, todo cantando y bailado”, dijo durante una transmisión en vivo de Facebook.
Según los analistas, pasada la resaca triunfalista, Johnson tendrá la titánica tarea de negociar al mismo tiempo acuerdos comerciales en la UE y con el resto del mundo.
Además, deberá ingeniárselas para evitar que se le desmorone el Reino Unido por los cantos separatistas de Escocia e Irlanda del Norte, países que votaron por mantenerse en el bloque comunitario.
“Estoy absolutamente seguro de que podemos hacer eso”, insistió el gobernante, ante una audiencia virtual.
Con su estilo desenfadado y cabellera revuelta, Johnson fue el rostro de la victoriosa campaña Leave (salir) en el referéndum de 2016, y representa el mayor cambio geopolítico del Reino Unido, al neutralizar a la oposición encabezada por el Partido Laborista, que tuvo la peor derrota electoral desde 1938.
Por los próximos once meses, el Reino Unido permanecerá efectivamente en la unión aduanera y el mercado único de la UE, pero estará fuera de las instituciones políticas y no habrá miembros británicos del Parlamento Europeo.
Por ahora, ha habido un impacto psicológico de tranquilidad para los británicos, cosa que se ha hecho sentir en el mercado inmobiliario, que había estado paralizado y ha tenido una ligera alza del 1,5 por ciento, según la Federación Británica de la Propiedad.
¿Qué hay en el acuerdo?
En el acuerdo de salida de la Unión Europea promovido por el primer ministro se describe una serie de puntos que incluyen viajes, dinero, atención médica, derechos de los ciudadanos, agricultura y comercio.
En particular, el acuerdo establece que el Reino Unido abandonará la unión aduanera de la UE y tendrá la libertad de desarrollar nuevos acuerdos comerciales con otros países de todo el mundo.
A diferencia de su predecesora, Johnson reemplazó el respaldo irlandés con un nuevo acuerdo para Irlanda del Norte que comenzará cuando finalice el período de transición.
Los ciudadanos británicos no necesitarán una visa para viajar a países de la UE, pero la Comisión Europea ha dicho que, a partir de 2021, los viajeros deberán solicitar una exención de visa Etias (Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes). Similar a un Esta estadounidense. Se espera que cueste alrededor de seis libras esterlinas (unos ocho dólares) y será válido por varios años.Los observadores coinciden en que el proceso negociador podría ser difícil y frustrante.
Más allá del periodo de transición, “el futuro depende enteramente del acuerdo que se negociará entre la UE y el Reino Unido durante los próximos once meses”, dijo a EL TIEMPO Cristina Cortes, CEO del Canning House, una organización que promueve el entendimiento en el Reino Unido y Latinoamérica, fundada en 1943 como un foro de debate y discusión de los temas relacionados de la región.
Cortes cree que “aunque fracasen los intentos de llegar a un acuerdo, es probable que haya un tipo de trato” entre las partes, que implique alargamiento de las negociaciones en puntos específicos más allá de la fecha límite del 31 de diciembre, aunque el gobierno de Johnson descarte una extensión en las negociaciones.
Paralelamente, la CEO del Canning House cree que las elecciones presidenciales estadounidenses podrían retrasar las negociaciones de un acuerdo comercial entre el Reino Unido y Estados Unidos, por lo que no se debe esperar algo definitivo hasta 2021.
En eso coincide el analista político Peter Barnes, quien asegura que “el tiempo es corto y la UE podría tardar semanas en acordar un mandato de negociación formal: todos los 27 estados miembros restantes y el Parlamento Europeo deben estar de acuerdo”. “Eso significa que las conversaciones formales podrían comenzar en marzo”, señala.
Según Barnes, “si no se ha acordado y ratificado ningún acuerdo comercial para fines de año, el Reino Unido enfrenta la posibilidad de aranceles sobre las exportaciones a la Unión Europea”.
El primer ministro ha argumentado que, dado que el Reino Unido está completamente alineado con las normas de la Unión Europea, la negociación debería ser sencilla. Pero los críticos han señalado que el Reino Unido desea tener la libertad de divergir de las reglas de la UE para poder hacer tratos con otros países, y eso dificultará las negociaciones.
María Victoria Cristancho
Para EL TIEMPO
Londres
En Twitter @mavicristancho