El viernes se sabe si a Trump lo exoneran o se prolonga el juicio
Esta semana, los demócratas dedicaron 24 horas, distribuidas en tres días, para presentar ante el Senado estadounidense las razones por las cuales consideran que el presidente Donald Trump desde ser destituido de su cargo.
Este sábado el turno fue para la defensa, que contará con la misma cantidad de tiempo para invocar su inocencia.
Pero más allá de los argumentos de parte y parte –bien conocidos ya por el público en Estados Unidos y el mundo–, el verdadero pulso se está dando tras bambalinas, y en los corredores del Congreso, donde miembros de ambos partidos discuten ferozmente en torno a una idea que podría alterar, y de manera dramática, el ya de por sí caldeado juicio político.
(Le puede interesar: Estados Unidos restringirá visas a mujeres embarazadas)
De aquí al viernes, los senadores tendrán que decidir si permiten la presentación de testigos y nueva evidencia. Algo a lo que de momento se opone una mayoría de los republicanos, pero que los demócratas reclaman a gritos.
Y por obvias razones. Si el partido del presidente logra imponer su mayoría y bloquean esa posibilidad, el juicio podría terminar este mismo viernes con la absolución de Trump pues no existen, de momento, los 67 votos que se requieren para destituirlo.
Esto es lo que tanto el presidente como el liderazgo republicano quieren pues un juicio prolongado no les conviene en términos electorales.
Presidente de EE. UU. Donald Trump.
EFE / Jim Lo Scalzo
Además, este escenario le permite a Trump llegar al famoso discurso sobre el estado de la Unión que pronuncia cada año ante el Congreso (en esta ocasión es el 4 de febrero) con un triunfo en el bolsillo.
Testimonios claves
Los demócratas, por su parte, afirman que los testimonios de figuras claves como el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton y el jefe de Gabinete, Mick Mulvaney, al igual que decenas de documentos aún inéditos, son esenciales para demostrar la culpabilidad del presidente.
Si lo logran, sería como abrir una caja de Pandora. El juicio se extendería de manera automática y sin una fecha de cierre prevista.
Esos testimonios y documentos, si son lo que los demócratas sostienen que son, elevarían la presión aún más contra senadores republicanos de estados moderados que podrían dar la espalda al presidente y votar por su remoción.
Aun con estos, nadie cree que existan sufragios suficientes para condenarlo. Pero una votación en la que una mayoría de senadores, incluidos republicanos, votan en su contra sería una enorme derrota con probables implicaciones en las elecciones de noviembre próximo.
Parte de esta puja ya se vio al comienzo de esta semana, cuando los senadores se enfrentaron sobre las reglas del proceso. Los demócratas propusieron 11 enmiendas encaminadas a permitir nueva evidencia o testigos. Todas fueron derrotadas por estrictas líneas partidistas (53 republicanos en contra frente a 47 demócratas a favor). Salvo en una, donde la senadora de Maine, Susan Collins, votó con los demócratas; sin embargo, el conteo quedó aún lejos de la mayoría simple que se requiere para autorizar testigos o evidencia.
En esa ocasión, varios senadores republicanos indicaron que volverían a considerar esta opción luego de escuchar las presentaciones de ambos lados.
Es decir, este viernes, cuando ya haya concluido la fase de argumentación y dos días dedicados a preguntas y respuestas.
Pero desde entonces, la presión ha sido brutal. Especialmente contra Collins, Lisa Murkowski (Alaska) y Mitt Romney (Utah), los únicos tres senadores republicanos que se han mostrado abiertos a esta posibilidad. Con ellos, el conteo llegaría a 50 a favor y 50 en contra (faltaría uno más).
“Yo no veo cómo se puede escuchar estas presentaciones y no demandar más testigos o documentos. Salvo, por supuesto, que no les interese la verdad o tengan miedo de ella” les dijo Chuck Schumer, el demócrata de más alto rango en la Cámara Alta.
De acuerdo con él y los otros legisladores que presentaron el caso contra Trump a lo largo de la semana, el presidente prohibió la entrega de documentos tanto de la Casa Blanca como del Pentágono y el Departamento de Estado, donde están aún más pruebas de su rol directo a la hora de presionar a Ucrania para que investigara a sus rivales políticos.
El representante demócrata Adam Schiff, jefe de los fiscales en el juicio al presidente Donald Trump.
Y hasta ahora ha impedido el testimonio de Bolton –que ha expresado su interés en rendir declaratoria– y de Mulvaney, que fue quien ordenó el congelamiento de la ayuda militar para ese país.
Por debajo de cuerda, no obstante, la Casa Blanca les viene advirtiendo que si se atreven a desafiarlo, el presidente invocará sus privilegios ejecutivos para impedir la entrega de documentos y la presentación de los testigos.
Los riesgos
Esto sería un escenario de pesadilla pues el Senado tendría que recurrir a las cortes para forzarlo, y eso podría tardar meses, sin que exista la certeza de que las cortes les darán la razón. Un argumento que está pesando fuerte.
El otro es que los demócratas, cuando investigaron la conducta de Trump el año pasado en la Cámara de Representantes, no acudieron a las cortes para forzar los testimonios y los documentos precisamente porque sabían que el proceso sería eterno y se robaría todo el oxígeno de la campaña electoral, pero ahora están exigiendo que lo haga el Senado.
Lo que no mencionan los legisladores es que se trata de un contexto muy diferente.
Para Trump era muy fácil desafiar los requerimientos de la Cámara pues el proceso, en este órgano del Legislativo, no fue respaldado por un solo republicano y se presentó como una emboscada de los demócratas contra el presidente.
Ahora serían senadores republicanos de mucho peso los que estarían exigiéndolo. Desafiarlos e invocar el privilegio ejecutivo enviaría el mensaje de que algo muy grave tiene por ocultar.
Y de allí la estrategia de la defensa de Donald Trump, que comenzó ayer sábado en el Senado.
De acuerdo con Pat Cipollone, abogado que se desempeña como jurista de la Casa Blanca para el presidente Trump, nada adicional es necesario pues las acusaciones que aprobó la Cámara contra el mandatario ni siquiera, aún si fueran ciertas –y sostienen que no lo son–, serían causales de destitución.
Un argumento que será repetido una y otra vez este lunes y martes. Eso también se esperaba.
Desafiarlos e invocar el privilegio ejecutivo enviaría el mensaje de que algo muy grave tiene Trump por ocultar
El abogado fue más allá, al señalar que los demócratas estaban pidiendo al Senado que “anule los resultados de las últimas elecciones” que dieron el triunfo a Trump, en 2016. “Les están pidiendo que rompan todas las papeletas depositadas en este país por iniciativa propia. Quitarle esa decisión al pueblo estadounidense”, argumentó Cipollone.
Por eso, los ojos apuntan a este viernes, de sobra el día más trascendental en el juicio político que se adelanta contra Trump.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter @sergom68