Las claves del éxito de Corea del Sur en su lucha contra coronavirus

Luego de registrar una oleada de contaminaciones, Corea del Sur redujo de forma significativa el número de nuevos casos de covid-19 al mismo tiempo que conservó, al parecer, una tasa de mortalidad relativamente baja.

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Este país registra al menos 8.086 infecciones. De estas, 7.300 son casos activos, ya que hay 714 personas curadas y solo se han presentado 75 fallecimientos ligados al patógeno.

Al contrario de China, que escogió confinar a millones de personas, Corea del Sur adoptó una estrategia que combina información al público, participación de la población y una campaña masiva de pruebas.

Los allegados de todas las personas contaminadas son buscados de manera sistemática antes de proponerles hacerse una prueba.

Al contrario de China, Corea del Sur adoptó una estrategia que combina información al público, participación de la población y una campaña masiva de pruebas.

Además, los desplazamientos de los enfermos –antes de ser diagnosticados positivos– son rastreados a través de imágenes de videovigilancia, utilización de su tarjeta bancaria o de la situación de su celular, y luego publicados.

Asimismo, son enviados mensajes de texto a las personas cuando un nuevo caso es detectado cerca de sus casas o de su trabajo, una estrategia que levantó interrogantes sobre la protección de la vida privada, pero que condujo a muchos a hacerse las pruebas.

Esto llevó a que ese país hiciera más tests que cualquiera, a un ritmo de unos 10.000 por día, lo que posibilitó enfrentar temprano los focos de infección.

coronavirus corea del sur

En Corea del Sur, todos los espacios públicos son desinfectados para que el covid-19 no continúe su propagación.

El país también tiene 500 clínicas habilitadas para realizarlas, entre ellas unas cuarenta clínicas ambulantes, para reducir los contactos entre enfermos potenciales y trabajadores de la salud.

Corea del Sur aprendió de sus propios errores y especialmente de la carencia de pruebas disponibles en la crisis en 2015 del síndrome respiratorio del Medio Oriente (Mers).

Desde entonces, el país aceleró los procedimientos para poner en el mercado las pruebas. Así, unas semanas después de la aparición del coronavirus en China, Corea del Sur autorizó suministrar a las clínicas un nuevo test para diagnosticar el covid-19 en seis horas.

Además, las autoridades lanzaron una campaña de “distanciamiento social”, exhortando a la gente a quedarse en sus casas y reducir los contactos.

Diversos factores explican la razón por la cual la mortalidad es baja. La campaña de pruebas hizo posible una atención temprana de los enfermos, y su amplitud facilitó que se presentaran muchas más posibilidades de localizar a quienes no presentaban síntomas o muy pocos y que no fueron sometidos a pruebas en otros países.

Localizar más enfermos redujo matemáticamente la proporción de muertes. Además, la población infectada en Corea del Sur tiene un perfil único, pues la mayoría de las personas contaminadas son mujeres, y cerca de la mitad tienen menos de 40 años.

Agencia / Efe / Seúl

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