Venezuela, cambio de era en precio de gasolina
Sedientos de gasolina, los venezolanos cuyos vehículos tenían placas que terminaban en los números 1 y 2 salieron desde la madrugada de este lunes con la ilusión de repostar en alguna de las más de 1.500 bombas en las que se implementaría el nuevo esquema de suministro de combustible, anunciado el fin de semana por el régimen de Nicolás Maduro.
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Protagonizaron kilométricas filas tanto en las 1.300 estaciones de servicio con gasolina iraní importada por el régimen –y subsidiada a 5.000 bolívares (unos 0,025 dólares) por litro– como en las 200 bombas gestionadas por particulares –aún anónimos– en las que se despacha un supuesto “producto súper prémium” importado, a unos 0,50 dólares el litro.
En el primero de los casos, se sigue tratando de la gasolina más barata del mundo, aunque llenar cada tanque le quite a un venezolano con un vehículo pequeño el equivalente a un cuarto del salario mínimo, que es de alrededor de 4 dólares.
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En el segundo caso harían falta cinco de esos sueldos para llenar un solo tanque de carro, con lo que los consumidores se ubican ante inalcanzables precios internacionales, que obligatoriamente deberá pagar una parte importante de la población: los que no estén registrados en el Sistema Patria del régimen y quienes sí lo estén, pero superan el límite de 120 litros mensuales de gasolina subsidiada para abastecer sus carros, o los 60 litros mensuales para quienes tienen motos.
En cualquier caso es un cambio importante para quienes estaban acostumbrados a pagar precios irrisorios por la gasolina, o a no pagar por ella y dejarle alguna cosa de comer al bombero. Sin embargo, es mucho menos de lo que llegaron a pagar por el combustible en los últimos dos meses y medio de aguda escasez, en la que este se llegó a cotizar hasta en 7 dólares por litro en el mercado negro.
Pero, en suma, es un aumento del precio de la gasolina en uno de los principales países productores de combustible del mundo, que ahora tiene que importar de Irán y que tiene un antecedente doloroso en 1989, cuando en un intento de ajustes económicos el gobierno de Carlos Andrés Pérez subió los precios desatando lo que se conoce como el Caracazo, un levantamiento civil que se saldó con cientos de muertos. Pero los tiempos han cambiado.
El ajuste en los precios, para los expertos, era necesario. Pero algunos, como el economista y diputado José Guerra, critican la forma en la que se hizo.
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Y otros, como el economista Rafael Quiroz, el momento: “Se crean dos sistemas de discriminación absolutamente oprobiosos. En primer lugar, un sistema de discriminación política (…), (en el que) el que no le dé sus datos al Gobierno no tiene derecho a gasolina subsidiada. En segundo lugar, una discriminación entre pobres y ricos”, dijo Guerra en conversación con EL TIEMPO.
“Lo hacen en un momento poco aconsejable, en el que hay profundas incomodidades de tipo social y en el que el país pasa por una de sus situaciones dramáticas más profundas y más fuertes”, agregó el profesor Quiroz, también en conversación con este diario.
Ambos coinciden en lo que otros expertos han alertado desde que Maduro hizo los primeros anuncios, el pasado sábado: el efecto inflacionario que indudablemente tendrá.
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Y ven un negocio en puertas. “Lo que va a pasar con la gasolina es lo que pasó con el control de cambios, que había un dólar barato, de Cadivi (la Comisión Nacional de Administración de Divisas, uno de los organismos encargados de administrar las divisas durante el control cambiario), (…) crearon empresas fantasmas, se daban la vuelta y lo vendían en el (mercado) paralelo a 50 veces el precio del dólar subsidiado”, dijo Guerra.
El experto petrolero Francisco Monaldi plasmó en un trino otra de las preocupaciones: “Dudo mucho que los privados importen cantidades relevantes de gasolina en ese esquema. Los riesgos son inmensos. Las estaciones de servicio en dólares se surtirán de las reguladas en bolívares. ¿Quién controlará ese negocio redondo?”.
Sin embargo, se espera un cambio positivo. “Va a disminuir sin duda alguna el derroche del uso de la gasolina de los venezolanos”, acotó Quiroz.
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Mientras tanto, venezolanos como Óscar Moncada celebran haber logrado conseguir combustible, pese al caos y las demoras del primer día, ocasionados por la confusión y los retrasos en la llegada de las máquinas para la gasolina subsidiada.
“Es la primera vez que voy a echar gasolina desde marzo. Lo intenté hace algunas semanas, pero la cola era muy larga y me frustré”, dijo Moncada.
ANDREÍNA ITRIAGO
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CARACAS