El mundo al revés: Issei Sagawa, el ‘caníbal de Kobe’ que se volvió celebridad

Era una tranquila noche de 1981 cuando la estudiante holandesa Renée Hartevelt estaba leyendo poesía en el apartamento del joven japonés Issei Sagawa. Con una buena entonación y sus ojos absortos en la lectura, lo último que la joven logró hacer fue leer unos versos finales, antes de que Sagawa le disparara en la espalda con su rifle de calibre 22.

Era la segunda vez que la joven se veía con él, pero la primera en la que rechazaba sus sentimientos. Tiempo después, los restos de su cuerpo desmembrado fueron encontrados en el lago Bois de Boulogne en horas del atardecer. Según lo que cuentan los informes policiales y testigos, el joven, que para ese entonces tenía 32 años, arrastró dos maletas con el cuerpo hasta el lugar, mientras que estas chorreaban sangre de los laterales.

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Cuatro días después, la Policía lo arrestó en su hogar en la calle Erlanger, creyendo que solamente había cometido un asesinato.

Sin embargo, tanto ellos como el mundo entero, quedaron sorprendidos al enterarse todo lo que el joven adinerado había cometido. Esta es la historia de un criminal que asesinó, violó y devoró a una mujer holandesa, y al final, terminó siendo casi que una horrible estrella de la cultura pop.

El hijo preferido de ‘papi y mami’

En la ciudad de Kobe, Hyōgo nació el 26 de abril de 1949, un bebé prematuro hijo de Akira Sagawa, un hombre de negocios bastante exitoso que para ese entonces trabajaba como presidente de Kurita Water Industries, y su querida esposa, quien siempre mantuvo su identidad oculta ante los medios.

Desde un principio, los doctores le informaron a la pareja que su hijo probablemente no iba a crecer mucho e incluso corría el riesgo de morir a una temprana edad, debido a que el desarrollo dentro del vientre materno no había sido suficiente. No obstante, el primer hijo de los Sagawa logró salir adelante y crecer como un niño -casi- normal.

De hecho, la única complicación de salud que llegó a tener en el hospital, después de su nacimiento, fue un episodio de enteritis, una enfermedad que causa la inflamación del intestino delgado. Aun así, se curó rápidamente y pudo llegar a casa, lugar donde siempre fue el consentido de la familia.

Por esto mismo creció como un chico prodigio a quien nunca le faltó nada. La escuela primaria y secundaria la hizo en Kamakura, en la prefectura de Kanagawa. Fue en esta época cuando se encerró en la literatura y en sí mismo; sin embargo, en la primaria fue cuando comenzó a desarrollar sus deseos caníbales.

En una entrevista realizada por el medio estadounidense y canadiense ‘Vice’, Issei Sagawa relató que la primera vez que quiso probar carne humana fue cuando en su escuela vio el muslo de un hombre.

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Además, para ese entonces, había empezado a tener deseos sexuales que ni él mismo había logrado entender. Tanto así, que mantuvo relaciones con su perro.

Pero ignorando todo eso, y según el medio japonés ‘Japan Today’, su infancia fue muy feliz y alejada de cualquier deseo aberrante. Los años pasaron y fue creciendo como un niño inteligente y talentoso para la escritura.

Fue así como estudió literatura en la Universidad de Wako, lugar donde fue capturado por primera vez.

Primer intento de canibalismo

En la entrevista realizada por el medio ‘Vice’, Sagawa confesó que en Japón ya había sido arrestado por intento de violación. Según lo que relató, los hechos se desarrollaron mientras hacía su carrera para obtener el título de literato.

Si bien es cierto que había reprimido sus deseos caníbales, estos nunca desparecieron. Por el contrario, se fue convirtiendo en una obsesión para él. Debido a esto, a sus 24 años tomó la decisión de seguir a una mujer alemana por la cual se sentía atraído.

En entrevistas posteriores, confesó que le gustaban las mujeres altas y musculosas, pero tenía preferencia por las chicas asiáticas. Esto en gran parte debido al complejo de inferioridad que desarrolló, pues nunca llegó a crecer más de un metro con cincuenta centímetros ni pesó más de cincuenta kilogramos.

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Su plan inicialmente era comérsela en el sentido estricto de la palabra, pues lo que quería era probar su carne mientras ella dormía en su habitación, razón por la cual la había seguido y se había escabullido en su dormitorio. Aun así, sus planes se vieron frustrados cuando se levantó al sentir que había alguien cerca de ella.

Inmediatamente, lo arrojó al suelo y llamó a las autoridades, quienes lo capturaron por intento de violación. El estudiante de literatura quedó sorprendido con los cargos, pero decidió mantener silencio con el fin de ocultar sus verdaderas intenciones.

Finalmente, gracias al poder económico de su familia, quedó en libertad al pagar un acuerdo con la víctima.

La muerte de Renée Hartevelt

Después del incidente en Wako, Issei finalizó su pregrado e hizo una maestría en Literatura Inglesa en la Universidad Kwansei Gakuin. Allí todo transcurrió con normalidad, pero su complejo de inferioridad y aberrante obsesión con la carne fueron aumentando progresivamente.

En 1981 fue cuando el intelectual literato tocó fondo. Resulta que, cuatro años antes, se había mudado a París, Francia, con el fin de cursar un doctorado en la famosa Universidad de Sorbona, institución que es reconocida por su excelente educación y sobre todo por tener egresados como el periodista William Irigoyen o el filósofo indio Jiddu Krishnamurti.

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No obstante, para ese momento no sabían que también iban a tener otro alumno reconocido a nivel mundial, pero esta vez no por un logro intelectual, sino porque cometería uno de los crímenes más controversiales de la década.

El 11 de junio de aquel año, Sagawa invitó a la joven holandesa Renée Hartevelt a su apartamento en Erlanger, cerca de la universidad. Fingiendo que necesitaba ayuda para aprender alemán y tras varias invitaciones a su hogar, finalmente el hombre logró su cometido.

Mientras la chica de 25 años leía algunos versos en alemán, el asesino alistó su rifle, apuntó sigilosamente a la parte de atrás de su cuello y disparó.

Según lo que contó en un documental que le hicieron algunos años después, al ver tanta sangre el hombre se desmayó. Pero, cuando despertó, sintió todo tipo de emociones.

Al ver a la mujer tirada en el piso, decidió mantener relaciones sexuales con el cadáver. Su principal objetivo era comérsela mientras esto sucedía, pero al ver que sus dientes no eran lo suficientemente fuertes para desgarrar su piel, decidió desmembrarla después de violarla.

Según los informes de las autoridades, la partió en pedazos y se la fue comiendo durante tres días hasta que el olor hizo que sacara los restos fuera de su departamento.

‘Caniba’: el documental que lo llevó a la fama

La familia acomodada de Sagawa gastó una fortuna en los honorarios de su abogado. Después de que el joven tirara las maletas con el cuerpo en lago Bois de Boulogne y fuera capturado cuatro días después, el juez francés Jean-Louis Bruguière lo retuvo dos años de manera preventiva y luego declaró a Issei legalmente loco e incapaz de ser juzgado. Con este argumento, se le juzgó como tal y al final fue trasladado a un hospital psiquiátrico durante dos años, mientras preparaban el papeleo para su deportación.

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En 1986, arribó a su país de origen, lugar en donde sorpresivamente no fue juzgado. No se tiene claridad del por qué, pero se cree que fue porque nunca pudieron recuperar el papeleo de los juzgados franceses.

Sorprendido, pero motivado, Issei tomó esto como una oportunidad y comenzó a lucrarse del espantoso crimen, que al parecer estaba logrando llamar la atención de cientos de personas en Japón.

Disfrutando su libertad, se convirtió en toda una celebridad. Participó en diferentes programas contando lo sucedido y como comentarista, y así mismo fue protagonista de múltiples documentales y películas, tal como lo fue ‘Caniba’, la película dirigida por el británico Lucien Castaing-Taylor y la antropóloga francesa Verena Paravel que le dio al personaje un salto a la fama mundial.

“Él la mató, la violó y comenzó a comérsela. Pero tuvo problemas con la carne y la cocinó. Hizo un teriyaki”, le dijo Verena Paravelnal medio estadounidense ‘The New York Post’.

Esta historia también la materializó en un manga escrito e ilustrado por él mismo, en el cual muestra sus inseguridades y explica cómo estas lo llevaron a desarrollar una afición por la carne humana.

La muerte de un criminal sin sentencia

Después de haber vivido en libertad durante más de tres décadas, Sagawa murió el pasado 24 de noviembre a sus 73 años por una neumonía.

Sus últimos días los vivió con su hermano menor Jun, quien cuidó de él debido a que la mayoría de sus parientes le dieron la espalda después de que se conociera el crimen que había cometido y desde hace unos años, debido a su vejez, estuvo postrado en una silla de ruedas.

Además, se conoce que desde antes del 2015, el hombre ya había sido diagnosticado con diabetes y tenía problemas de corazón debido a que sufrió dos infartos después de haber llegado al país asiático.

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Incluso, en el 2013, estuvo internado en un hospital de Tokio por un derrame cerebral que casi le costó la vida.

Según la agencia de noticias AFP, su deceso se dio a conocer gracias a un comunicado oficial emitido por la editorial para la que su hermano trabajó en el 2019.

Así mismo, también se informó que al funeral solo había asistido su núcleo familiar cercano.

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