¿Qué le espera a Colombia con el nuevo embajador de EE. UU.?

Philip Goldberg, el nuevo embajador de EE. UU. ante la Casa de Nariño, llegará a Colombia en las próximas semanas. Y lo hará con el firme respaldo tanto de la Casa Blanca como del Congreso estadounidense.

Esta semana el senado estadounidense aprobó su nombramiento casi en tiempo récord y sin que existiera oposición frente a su nombre. Su proceso de confirmación, de hecho, fue puesto en una especie de ‘fast track’, pues había  urgencia en que fuera aprobado cuanto antes.

Algo muy diferente a lo que sucedió con el caso de Joseph Macmanus, otro funcionario que había sido nominado previamente por el presidente Donald Trump, que se pasó mas de un año esperando una ratificación del Congreso que nunca llegó.

Además, dicen fuentes, el embajador es cercano al Secretario de Estado de EE. UU.,  Mike Pompeo, y fue el quien le sugirió su nombre a Trump cuando se dieron cuenta que el nombramiento de Macmanus no iba a prosperar.

Y lo hizo pesando en dos aspectos centrales: Contar con una persona de mucha experiencia en la región y que entendiera bien la problemática de la droga. Dos cosas que Goldberg conoce de primera mano.

Joseph Macmanus

Joseph Macmanus había sido nominado por el presidente de EE. UU., Donald Trump, para convertirse en el embajador en Colombia.

Para el funcionario este será su tercer trabajo en la embajada de EE. UU. en Bogotá. Hace más de dos décadas estuvo en el país como Asistente para Asuntos
Legislativos y en el año 2000 regresó como el primer coordinador de EE. UU. para el Plan Colombia, la estrategia antinarcóticos que Washington comenzó a financiar desde ese año.

Goldberg, que habla muy español, también fue embajador en Bolivia y Cuba, y Embajador Encargado en Chile. Un recorrido que lo acredita como versado en la región.

Si bien Goldberg es un diplomático de carrera, dentro del Departamento de Estado es considerado un funcionario con perfil conservador que ha desatado algunas polémicas en sus cargos anteriores.

Especialmente en Bolivia, de donde salió expulsado al ser declarado persona no grata por el presidente Evo Morales, en el 2008.

Morales lo acusó de incitar el desorden público y de estar tras las violentas marchas que se organizaron en su contra ese año. Así mismo,  por una serie de reuniones que habría sostenido con la derecha en ese país.

Fue muy controvertido por parte de Trump enviar a Cuba a una persona que había sido expulsada de Bolivia

Su paso por Cuba, entre enero del 2018 y junio de ese mismo año tampoco fue fácil pues coincidió con el nuevo enfriamiento de las relaciones entre La Habana y Washington.

Además, como dice el profesor de American University William LeoGrande, «fue muy controvertido por parte de Trump enviar a Cuba a una persona que había sido expulsada de Bolivia», ya que ambos países son aliados y con gobiernos de izquierda.

En Filipinas, donde también fue embajador, casó una pelea con el presidente Rodrigo Duterte, quien lo llamó «homosexual» por haberlo cuestionado públicamente.
Eso no quiere decir, no obstante, que Goldberg sea conflictivo o que su llegada a Colombia se convertirá en un dolor de cabeza.

A diferencia de estos tres países, la relación entre EE. UU. y Colombia es mucho más fluida y no hay duda que existe sintonía entre el gobierno conservador de Iván Duque y la administración republicana de Trump.

Críticas de Trump 6

El tema de las drogas ha sido uno de los puntos clave en la relación entre el gobierno de Iván Duque y el  Donald Trump. 

Foto:

Michael Reynolds / EFE

A Golldberg, además, se le considera como un diplomático prudente que interpreta con juicio la línea que le trazan sus superiores.

Y en gran medida eso estará muy asociado a los resultados que arroje la lucha contra las drogas. Las últimas estadísticas de la Casa Blanca sostiene que tras un lustro de crecimiento exponencial, los cultivos de coca finalmente se estabilizaron en el 2018.

Si la tendencia continúa siendo hacia la baja, lo más probable es que se elimine el principal irritante que existe en las relaciones bilaterales y desaparezcan del todo las discusiones de una posible descertificación de Colombia por no cumplir con sus compromisos en materia anti narcóticos.

Pero si no sucede el tono en EE. UU. podría comenzar a cambiar. Especialmente si Trump es reelecto en el 2020 y mantiene su línea dura en la lucha contra las drogas. Y el de Goldberg, que llega para cumplir con un período mínimo de tres años.

SERGIO GÓMEZ MASERI 
Corresponsal de EL TIEMPO 
WASHINGTON

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