Probable empate en Israel podría derivar en Gobierno de unidad

Al finalizar las elecciones en Israel, las primeras desde la creación del Estado en las que la ciudadanía es convocada a votar por segunda vez en un mismo año -debido a que en abril no se logró formar gobierno- lo único absolutamente claro es que nadie tiene mayoría asegurada para gobernar.

Ni el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, ni quien lo desafió, el jefe del partido opositor Kajol Lavan, Beni Gantz. Y en este momento, el escenario que parece tener mayores probabilidades de concretarse es el de un gobierno de unidad nacional mayormente secular.

Es ineludible aclarar que este primer análisis está basado únicamente a los resultados de boca de urna publicados en tres canales de televisión de Israel.

Ya ha pasado que el escrutinio real de los votos, y por ende la publicación de los resultados reales, cambia el cuadro que derivaba de la boca de urna. Hasta ahora los israelíes recuerdan las elecciones de 1996, las primeras en las que ganó Netanyahu. “Nos acostamos con Shimon Peres”, dicen recordando al otrora jefe del laborismo ,”y nos levantamos con Netanyahu”.

Por lo tanto hay que ser cautelosos. De todos modos, la boca de urna fue en tres canales de televisión, con muy poca diferencia entre uno y otro, aunque no son idénticos.

La primera conclusión ineludibe de lo publicado es que nadie tiene la mitad más uno de la Kneset (parlamento israelí) como para gobernar solo. Si bien el partido Likud, de Netanyahu, y Kajol Lavan, de Gantz, están empatados totalmente en un canal y casi empatados en otros dos, con leve ventaja a Gantz, lo que cuenta es el bloque.

Es decir, cuántos diputados hay en la derecha, el bloque compuesto por el Likud y los partidos a su derecha y los ultraortodoxos. Y, por otro lado, cuántos en el bloque opositor que incluiría a Kajol Lavan, el partido laborista, el partido de izquierda sionista la Unión Democrática y los partidos árabes.

La derecha tiene más diputados que el bloque que se le opone, pero no los suficientes para formar coalición.

El llamado ‘hacedor de reyes’ es Avigdor Liberman, el exministro de Defensa de Netanyahu que dimitió y lanzó una batalla política sin precedentes contra el primer ministro, asegurando que la única fórmula que aceptará será un gobierno de unidad nacional amplio, nacional y secular.

Este martes, después de los resultados, lo dijo nuevamente en forma explícita: unidad nacional secular entre su partido, el Likud y Kajol Lavan.
Lo increíble sería si Likud y Kajol Lavan se unieran y dejara fuera a Liberman. Hay en el partido quienes ya lo están considerando.

Avigdor Lieberman

 Avigdor Lieberman pude ser el árbitro de la elección en Israel.

Foto:

JALAA MAREY. AFP

El escenario más lógico en este momento es en efecto un gobierno de unidad nacional. Pero hay obstáculos clarísimos en el terreno.

Ante todo, Gantz, que es sabido quiere un gobierno amplio, no se sentará con Netanyahu porque penden sobre él sospechas de corrupción,
aunque todavía no son actas de acusación. O sea, un sí al partido Likud, pero no a quien lo encabeza hoy.

Y aunque se dice que si dos veces consecutivas Netanyahu no logra formar coalición puede que el Likud pida cambiarlo, no parece que eso sea lo que vaya a suceder a corto plazo.

Otros puntos importantes: según los resultados a boca de urna, en todos los canales, la Lista Conjunta, unión de cuatro partidos árabes, es el tercer partido del parlamento y aumenta su poderío.

Por otra parte, el partido laborista, hoy llamado Avoda Gesher, no desaparece sino que entra con 5 escaños al parlamento. Lo mismo la Unión Democrática.

La Lista Conjunta, unión de cuatro partidos árabes, es el tercer partido del parlamento, según los sondeos a boca de urna.

Y no menos importante es que Otzma yehudit considerado un partido de ultraderecha, no logra ser electo.

Todo esto, según resultados de boca de urna. Si esto se confirma, podría ser una señal clara del camino hacia el fin de la era Netayahu. Pero también puede ser un error que cambie significativamente, con el escrutinio real.

Jana Beris
Para EL TIEMPO
Jerusalén

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *