Segundo acuerdo de ‘brexit’, en manos del Parlamento británico

La Unión Europea (UE) y el Reino Unido anunciaron este jueves que habían alcanzado un acuerdo para que el brexit, la salida británica del bloque europeo, se haga de forma ordenada.

Se trata del segundo acuerdo, porque el de finales de 2018, logrado por la ex primera ministra Theresa May, fue rechazado tres veces por el Parlamento británico, que revisará mañana el nuevo pacto, al que amenaza con desechar.

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El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, se mostró exultante en Bruselas al poder cumplir su promesa de lograr un nuevo pacto antes del 31 de octubre, fecha fijada para el divorcio.

El acuerdo respeta algunas de las promesas hechas por los brexiters más nacionalistas, entre ellos Johnson. El Reino Unido saldrá del mercado interior europeo, pero también de la unión aduanera. Eso hará que, en tanto no se logre un tratado de libre comercio, tenga que pagar aranceles para entrar al mercado europeo, al que envía el 49 por ciento de sus exportaciones.

A cambio, Londres podrá negociar y firmar acuerdos comerciales con terceros países y desarrollar su propia política comercial independiente de la UE.

El acuerdo, que las dos partes consideran “justo y equilibrado”, también establece las bases del divorcio, como la factura, por un mínimo de 45.000 millones de euros, que deberá pagar el Reino Unido para hacer honor a los compromisos financieros tomados en los últimos años y que todavía deben ejecutarse. O al respeto de los derechos de los más de tres millones de europeos residentes en el Reino Unido y al más de un millón de británicos residentes en los otros 27 países de la UE.

Además, el pacto establece un período transitorio de 14 meses, desde el próximo 1.º de noviembre hasta el 31 de diciembre de 2020, en el que la relación seguirá siendo en la práctica la misma, aunque legalmente el país haya salido de la UE.

Boris Johnson

El presidente chipriota Nicos Anastasiades, los primeros ministros de Hungría, Viktor Orban; británico, Boris Johnson; irlandés, Leo Varadkar y la canciller alemana Angela Merkel.

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Reuters

Estará fuera y a la vez dentro, con sus ventajas y desventajas. A partir de ahí, Bruselas y Londres deberán firmar un tratado que rija la futura relación, que, según todos prometen, será la más estrecha que tenga la UE con un país tercero.

El pacto también cierra el mayor obstáculo, el de la frontera norirlandesa. Irlanda del Norte, territorio británico, saldrá de la UE con el resto del Reino Unido. Y saldrá de iure de la unión aduanera europea, pero de facto seguirá en ese territorio aduanero europeo y aplicará la normativa europea.

Eso generará una frontera o algún tipo de controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, una frontera interna británica que los conservadores británicos prometieron que nunca aceptarían, y al final tuvieron que aceptar.

Ese mecanismo evita tener que levantar una frontera física entre Irlanda del Norte e Irlanda, que violaría y pondría en peligro los acuerdos de paz de 1999 que acabaron con el terrorismo norirlandés.

Caminos para el divorcio

El trato debe ser ahora ratificado por el Parlamento británico mañana y por el Parlamento Europeo la próxima semana. Pero Bruselas teme que Johnson no tenga votos suficientes para lograr la ratificación. El premier necesita 320, pero solo cuenta con 288 diputados conservadores.

La falta de votos llevaría a otra prórroga, la tercera. Johnson ha perdido en los últimos meses una quincena de disidentes conservadores, y está la negativa de los unionistas norirlandeses de dar su apoyo al primer ministro.

El premier se mostró este jueves optimista y confiado. El negociador europeo Michel Barnier confesó que el británico le dijo que cree tener los votos necesarios, aunque los anuncios de las fuerzas políticas británicas apuntan a lo contrario.

Boris Johnson

El Parlamento británico tendrá la última palabra en el nuevo acuerdo del ‘brexit’.

Si sus diputados aprueban el acuerdo, Johnson podrá ir a elecciones anticipadas habiendo cumplido la promesa de sacar al Reino Unido de la UE antes del 31 de octubre. Si lo rechazan, irá a esas elecciones alegando que los diputados le impiden cumplir su palabra y que él ya hizo su parte con Bruselas. En esos dos escenarios, Johnson tiene todas las cartas para obtener una gran victoria electoral que, entonces sí, le permita ratificar el acuerdo.

“Nadie se engaña –confía un diplomático escandinavo–, pero es mejor intentarlo con este acuerdo, fracasar, ir a otra prórroga y a otra negociación, que provocar una crisis sin precedentes haciendo que Johnson cumpla su promesa y se vayan sin acuerdo”.

IDAFE MARTÍN PÉREZ
PARA EL TIEMPO
BRUSELAS

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