El poder se ‘rejuvenece’ y EE. UU. tendría su presidente más viejo

Mientras países como Austria buscan nuevas generaciones de gobernantes, como con su próximo jefe de gobierno, Sebastian Kurz, que a los 33 años será el mandatario más joven del mundo, EE. UU. iniciará dentro de un mes un proceso en el cual se encamina a elegir al presidente más viejo de su historia.

Luego de la confirmación del inédito pacto entre ecologistas y conservadores, el austriaco Kurz lidera ahora el creciente listado de gobernantes menores de 40 años, al superar a la finlandesa Sanna Marin (34 años), primera ministra desde el pasado 10 de diciembre.

Criada por su mamá lesbiana y su pareja, la vida familiar de Marin ha influenciado su labor, como ha reconocido: “Soy de una familia homoparental, y eso sin duda me ha condicionado para que la igualdad, la paridad y los DD. HH. sean muy importantes para mí”. Concejal con tan solo 26 años, parlamentaria tres años después y ministra de Transporte y Comunicaciones durante 6 meses, Marin estará en el poder tres años más, aunque ya no como la más joven.

Lo curioso es que Kurz, que solo le permitirá disfrutar a la finlandesa de esa distinción cerca de un mes, no romperá el récord del mandatario más precoz de su propio país, pues él mismo lo posee desde diciembre de 2017, cuando fue canciller con 31 años de edad, hasta mayo de 2019, periodo en el que se destacó por su política de rebajas fiscales y por enfrentar la inmigración ilegal.

A Austria y Finlandia les sigue Ucrania. Partícipe de la revolución del Euromaidán, manifestaciones populares que entre 2013 y 2014 supusieron la salida del presidente prorruso Viktor Yanukovich, Alexei Goncharuk se convirtió en agosto pasado en el primer ministro de Ucrania, determinado a acabar con la corrupción. Más tecnócrata que político, a los 35 años Goncharuk se muestra reservado sobre su vida personal y, a diferencia de la mayoría de su generación, solo utiliza las redes sociales para hablar de trabajo.

América Latina no está fuera del ‘ranking’. “Oficialmente soy el presidente más ‘cool’ del mundo”, trinó pocos días después de su posesión en junio pasado el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, quien mostró que sus 37 años significarían una renovación generacional.

Un simpático “se les ordena a todos darle ‘like’ y así ser el presidente de Twitter” fue seguido por la ‘instalación’ de un despacho presidencial virtual desde el que ordena realizar obras a sus ministros, destituye funcionarios y exige luchar contra el nepotismo que, dice, dejaron sus antecesores.

Récord en contravía

En contravía de lo que parece ser una creciente tendencia, EE.UU. entrará dentro de un mes, con el inicio de las primarias demócratas, de lleno en un año electoral en el que, salvo mayúscula sorpresa, elegirá al presidente de mayor edad de su historia. Tras quebrar esa marca en los comicios pasados, que llevaron a Donald Trump a asumir en 2017 la presidencia con 70 años, superando los 69 que tenía Ronald Reagan en 1981, el multimillonario podría repetir mandato desde 2021 con cuatro años de edad más a sus espaldas. Y si el Partido Demócrata logra dar la sorpresa, su candidato también rompería esa barrera; quienes buscarán la candidatura son casi todos mayores que Trump.

EFE

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