¿Quién es Forst, el relator de la ONU en polémica con Colombia?

Con aplausos despidieron en la ONU a Michel Forst, el relator especial sobre defensores de derechos humanos, quien se dirigió el miércoles por última vez en Ginebra al órgano de Naciones Unidas que creó su mandato hace 20 años y lo designó como titular el 8 de mayo de 2014: el Consejo de Derechos Humanos.

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«No soy el mismo hombre que hace seis años: los defensores me transformaron. Dejo este mandato con la fuerza, esperanza y valor de miles de personas con las que nos cruzamos en el camino”, dijo Forst en su discurso, en el que también evocó momentos compartidos con defensores en el mundo, como en Pucallpa, en Perú, o Ayotzinapa, en México.

“Si algo he aprendido en estos años es que los defensores no quieren ser mártires ni héroes. Es otro sistema el que los obliga a serlo, a asumir riesgos incalculables, inimaginables para nosotros, que estamos reunidos hoy en el confort del Palacio de las Naciones”, continuó el experto francés nacido en Burdeos el 24 de agosto de 1950.

Su labor en la ONU, por la que como todos los otros relatores y expertos no recibe remuneración, consiste en buscar, recibir, examinar y responder a información sobre los defensores en el mundo, entablar diálogos y cooperación con los Estados y formular recomendaciones y estrategias para proteger la labor de estos actores de la sociedad civil.

Si algo he aprendido en estos años es que los defensores no quieren ser mártires ni héroes. Es otro sistema el que los obliga a serlo, a asumir riesgos incalculables, inimaginables.

Siempre con voz pausada y alternando en sus intervenciones el francés y el inglés, Forst se ha dirigido tanto al Consejo como a la Asamblea General de la ONU para presentar sus informes anuales sobre la situación de los defensores en el mundo y los reportes de sus visitas oficiales a diferentes países.

Fue justamente por uno de estos informes que el nombre de Michel Forst, hasta ahora relativamente poco conocido en el país, saltó a los titulares. El reporte de su visita, que tuvo lugar en 2018, generó una reacción airada del Gobierno y el propio relator informó que Colombia no había cumplido con su compromiso de invitarlo para hacer una visita de seguimiento.

Durante la presentación oficial del reporte, que coincidió con esa última sesión de Forst en el Consejo, el tono de su intercambio con la embajadora de Colombia ante la ONU en Ginebra fue cordial, en contraste con la respuesta escrita del Gobierno. Sin embargo, casi al mismo tiempo en que la sala lo aplaudía, la canciller colombiana afirmaba en Bogotá que su informe contenía aspectos que «no reflejaban objetividad e integridad».

Un relator incómodo

Aunque la gran mayoría de los Estados miembros de la ONU respaldan firmemente el mandato de Forst, su voz es incómoda para algunos de ellos.

En 2017, Rusia trató de eliminar la denominación “defensores de derechos humanos” de la resolución que renovaría su mandato, lo que, en la práctica, habría dejado sin efecto la protección especial que tienen a la luz de la Declaración sobre los defensores de derechos humanos, aprobada en 1998 por la Asamblea General.

Esa propuesta, apoyada por once Estados, entre los que estaban China, Arabia Saudí, Ruanda y Venezuela, fue rechazada por el Consejo de Derechos Humanos, que finalmente decidió prolongar el mandato del relator en los términos propuestos por un grupo de más de 80 países, encabezados por Noruega.

Pero incluso Estados que apoyaron la renovación del mandato del relator han expresado reparos cuando sus observaciones conciernen su situación actual.

España, por ejemplo, cuestionó la independencia del relator en febrero de 2019, en respuesta a una comunicación conjunta de Forst con otros expertos de la ONU sobre la situación del independentista catalán Jordi Cuixat, quien lo propuso como testigo en su causa penal “por haberse manifestado públicamente” en su favor.

Desde el punto de vista de los defensores de derechos humanos, el trabajo de Forst se ve con otros ojos. Ana María Rodríguez, de la Comisión Colombiana de Juristas, dijo a EL TIEMPO que, desde el inicio de su mandato, y a pesar de no hablar español, el relator siempre estuvo pendiente de la situación en el país y que antes de su visita oficial ya había hecho por lo menos otras tres, de carácter académico.

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Tanto él como su equipo siempre estuvieron abiertos y dispuestos a hablar con las organizaciones de la sociedad civil.

“Tanto él como su equipo siempre estuvieron abiertos y dispuestos a hablar con las organizaciones de la sociedad civil”, afirmó Rodríguez, quien también destacó la voluntad del experto para escuchar a sectores como pueblos indígenas, sindicatos o periodistas y la importancia que otorgó a profundizar en las agresiones particulares que padecen las mujeres y personas LGBTI cuando ejercen como defensoras de derechos humanos.

Antes de ser relator especial, Forst fue, entre muchas otras cosas, experto independiente de la ONU para Haití, desempeñó el cargo equivalente al defensor del Pueblo en Francia, trabajó en la Unesco y fue director de Amnistía Internacional.

En la carta de motivación que acompañó su candidatura al puesto de relator especial, Forst escribió que tenía la fuerte convicción de que su experiencia de trabajo en la ONU, el sector público y las ONG iba “a contribuir en la protección de aquellos en riesgo solo por defender los derechos consagrados en los tratados internacionales”.

Michel Forst e Iván Duque

Michel Forst e Iván Duque

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Presidencia

En el transcurso de su mandato, Forst, quien siguió estudios superiores en literatura, salud pública y teología, hizo más de 60 visitas a países para reunirse con defensores de derechos humanos.

“A menudo traté de no reunirme con aquellos que viajan mucho, sino de ir a los lugares más alejados para conocer a los más vulnerables”, dijo el experto a EL TIEMPO haciendo un balance de su mandato. “Para mí fue muy importante traer después a Ginebra la voz de quienes no pueden hablar públicamente”, añadió.

Acerca de su futuro, Forst dijo a este diario que su compromiso seguirá intacto: “Mi lucha ha sido la de los defensores desde hace 20 años y espero seguir siendo útil para los gobiernos, la ONU, el Consejo de Europa o la Comisión Interamericana. Si así lo desean, estaré disponible”.

En mayo, la profesora irlandesa Mary Lawlor lo sucederá en su labor de defender a los defensores de derechos humanos en el mundo.

Carmen Lucía Castaño
Para EL TIEMPO
Ginebra

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