Así han cambiado los discursos de líderes mundiales sobre coronavirus

Un par de meses necesitó el nuevo coronavirus para cambiar al mundo: los países han tenido que tomar medidas duras para detenerlo y el 2020 ha sido un año muy diferente al que muchos imaginaban.

Por la pandemia, muchos eventos deportivos y culturales se suspendieron o se cancelaron, y las relaciones sociales se han visto más influenciadas por la tecnología, pues las cuarentenas nos han aislado, eso sí por una buena causa: evitar la propagación.

Cuando la emergencia comenzó, a principios de año, miles, millones, eran quienes la veían lejana, ajena. En la actualidad, a pesar de algunos casos, todos la estamos enfrentando y cada vez somos más conscientes de ella. Hasta varios líderes mundiales pasaron de la incredulidad a la preocupación y ahora se toman el tema en serio.

EL TIEMPO le cuenta cómo ha cambiado la posición de algunos de los dirigentes más importantes del planeta, quienes se mostraron escépticos frente al virus y ahora lo respetan, tras el más de millón de contagios y las más de 50.000 muertes.

Donald Trump

En un principio, entre enero y febrero, la posición del presidente de Estados Unidos fue clara: dijo que tenían controlada la situación, que la emergencia la estaban inflando, que era algo pequeño y que todo pasaría rápido.

El coronavirus está muy controlado en los Estados Unidos

Desde marzo, no obstante, su discurso empezó a cambiar y ese giro de 180 grado se acentuó con el liderado alcanzado en cuanto a contagiados a nivel mundial. Así las cosas, restringió vuelos, cerro centros educativos y ordenó distanciamiento social. Además, varios comercios fueron cerrados.

Es más, hasta llegó a afirmar que siempre supo que el brote del virus se convertiría en una pandemia.

Aunque todavía no decreta cuarentena nacional, decisión que sí han tomado gobernadores de varios estados, Trump extendió las restricciones para las reuniones y las recomendaciones de quedarse en casa hasta el 30 de abril. Su plan inicial era “volver a la normalidad” el 12 del mismo mes.

Donald Trump

Donald Trump, pesidente de Estados Unidos.

Boris Johnson

El primer ministro del Reino Unido fue otro que quiso ‘luchar de frente’ contra el virus sin cuidados y tuvo que cambiar su estrategia a mitad de camino.

A principios de marzo, Johnson manifestó que la idea de su gobierno era que se creara un contagio controlado del virus, aumentando la inmunidad al mismo. Por esto mismo no había decretado ni distanciamiento social y la única ‘orden’ era lavarse constantemente las manos.

No obstante, finalizando el tercer mes del año y en medio de críticas por la falta de pruebas masivas a la población y el aumento de contagios, tuvo que decretar cuarentena. Días después, él mismo dio positivo para coronavirus.

“Para explicarlo de un modo simple, si muchas personas enferman a la vez, nuestro sistema de salud será incapaz de manejar la situación y morirán muchas personas, tanto de coronavirus como de otras enfermedades”, dijo, al tiempo que explicaba que la medida de aislamiento estará en constante revisión.

Sin embargo, los hechos cambiaron radicalemente cuando fue diagnosticado con coronavirus el pasado 27 de marzo. Este lunes, el primer ministro británico fue transferido a cuidados intensivos el lunes. Johnson afirmó que se siente «cómodo» y «animado». Pero así como él, las cifras siguen en aumento. 

Ahora el mando recayó temporalmente en manos del ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.

Boris Johnson

El primer ministro británico, Boris Johnson, dio positivo para coronavirus.

Andrés Manuel López Obrador

El presidente de México ha sido otro de los más polémicos en cuanto al coronavirus.
Entre febrero y marzo, y mientras entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejaban evitar abrazos y besos, el mandatario se la pasaba, precisamente, haciendo eso.

“Hay quien dice que por lo del coronavirus no hay que abrazarse, pero hay que hacerlo, nada pasa”, llegó a asegurar.

Es más, uno de sus funcionarios, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, le dijo a la cadena ‘BBC’ sobre las medidas tomadas por otros países: “En toda la historia de las epidemias no hay demostración científica de que ese tipo de iniciativas (restringir entrada de extranjeros, por ejemplo) ayuden a disminuir riesgos de transmisión”.

Pero su discurso ha ido cambiando: primero, decretó emergencia sanitaria, obligando a la población vulnerable a aislarse de manera obligatoria y al resto a hacerlo de manera voluntaria; y segundo, él mismo ha invitado a sus ciudadanos a permanecer en casa por el próximo mes y solo salir para actividades esenciales.

Hay que decir que ese cambio de ‘chip’ está relacionado con la decisión que tomó un juez federal de ordenarle a López Obrador a tomar más medidas preventivas contra el virus.

Hay quien dice que por lo del coronavirus no hay que abrazarse, pero hay que hacerlo, nada pasa

Jair Bolsonaro

El presidente de Brasil se refirió al coronavirus como “una gripecita”, a mediados de marzo, y agregó que se superaría rápidamente.

También se mostró contrario a cerrar colegios y a que algunos estados brasileños decretaran cuarentenas locales.

En los primeros días de abril, su postura cambió: aseveró que la emergencia es “el mayor desafío de nuestra generación” y que su objetivo es “salvar vidas”. Eso sí, dejó claro que sus decisiones estarán ligadas a no afectar la economía del país.

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