Pese a más de 100.000 casos, Brasil alienta el desconfinamiento

Brasil se convirtió este domingo en el primer país de América Latina en superar la barrera de los 100.000 casos de contagios de covid-19. Y, a pesar de la cifra, el presidente Jair Bolsonaro reiteró ante miles de seguidores en Brasilia su discurso contra el confinamiento.

El gigante suramericano, de más de 210 millones de habitantes, se ubica en el noveno lugar mundial en términos de personas infectadas, con 101.147 casos, según el último balance oficial del Ministerio de Salud. Sin embargo, es el séptimo en relación con los fallecidos, superando a Alemania, con 275 nuevos decesos por covid-19 en las últimas 24 horas.

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Numerosos especialistas consideran que el total de contagiados por covid-19 sería 15 veces superior al comunicado por las autoridades, debido a que solo se están realizando tests de detección a los pacientes graves.

Además, la mayoría de los expertos consideran que el pico de la pandemia está aún lejos de ser alcanzado. Pero en numerosos estados la situación ya es crítica, con hospitales desbordados ante el flujo de pacientes.

Los dos estados brasileños más golpeados por la pandemia son São Paulo, con 2.627 muertes y 31.772 infectados, y Río de Janeiro, que registra 1.019 fallecidos y 11.139 contagios.

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Los sistemas sanitarios de ambas regiones, que han paralizado sus economías para contener el virus, se encuentran cerca del límite, a la espera del pico de la pandemia.
También preocupa la situación del estado de Amazonas, que tiene 548 fallecidos y más de 6.683 casos, con apenas 4 millones de habitantes y cuyos servicios hospitalarios y funerarios están desbordados.

El ministro de Salud, Nelson Teich, viajó este domingo a Manaos, la capital de Amazonas, para acompañar de cerca la dramática situación de la región. Hasta allí llegaron en la víspera dos aviones de la Fuerza Aérea Brasileña con material sanitario.
El alcalde de Manaos pidió el sábado a la activista sueca Greta Thunberg que ejerza “su influencia” para ayudar a combatir la pandemia en su ciudad. “Necesitamos ayuda. Hay que salvar las vidas de los protectores de los bosques, salvarlos del coronavirus. Estamos ante un desastre, una barbarie”, dijo en Twitter Arthur Virgilio Neto.

Necesitamos ayuda. Hay que salvar las vidas de los protectores de los bosques, salvarlos del coronavirus. Estamos ante un desastre, una barbarie

Pese a la situación, Bolsonaro siguió este domingo desestimando las medidas de los gobernadores que han buscado, a través de medidas de confinamiento, prevenir la propagación del virus, que en el mundo ya deja cerca de 3,5 millones de contagiados y al menos 247.000 muertos.

“La destrucción de los empleos por parte de algunos gobernadores es irresponsable e inadmisible. Vamos a pagarlo caro en el futuro”, declaró el presidente en una retransmisión de la protesta en directo por Facebook.

La manifestación de este domingo en Brasilia reunió a una multitud más numerosa que en las semanas anteriores, con muchas pancartas contra Rodrigo Maia, el presidente de la Cámara de Diputados, y contra Sergio Moro, el exministro de Justicia que dimitió la semana pasada con acusaciones de injerencia contra Bolsonaro.

A diferencia de las protestas anteriores, el mandatario, que no tenía tapabocas, se mantuvo a distancia de sus seguidores, desde la rampa de su residencia oficial del Palacio de la Alvorada. En vez de alentar a la multitud, el presidente se conformó con hacer un breve discurso.

Luego bajó la rampa con su hija Laura, de nueve años, para saludar a los manifestantes, pero se quedó a más de dos metros de la muchedumbre.

AFP 

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